Asociacionismo en Samper de Calanda

Por Manuel Martín

INTRODUCCIÓN


Hay diferentes maneras de valorar la calidad de la convivencia democrática de una población, de su vitalidad, de su dinamismo. La primera es por sus instituciones; el que las diferentes opciones ideológicas están fielmente representadas y gobierna la mayoría sin coacción de los llamados “grupos de presión”, sean estos económicos y corporativos o de otra índole como los mediáticos, policiales, teocráticos o militares.

La segunda es la que desempeña, en un sistema democrático, la “Sociedad Civil” a través de lo que se viene en llamar ”tejido asociativo”, una palabreja que no me gusta mucho pero que ya ha hecho fortuna en el jerga de la sociología política.

Las organizaciones no gubernamentales son los verdaderos sujetos colectivos o entidades que vertebran la sociedad civil; lo auténticamente democrático en el sentido moderno del término. En las pequeñas localidades como Samper de Calanda también; hoy en día un pueblo sin asociacionismo, es un pueblo muerto, por bien que funcione su ayuntamiento.

Los partidos políticos y sindicatos (obreros, patronales, de autónomos o agrarios) son las asociaciones más elementales y reconocidas en esa función.

Últimamente han hecho aparición multitud de organizaciones no gubernamentales (ONGs), dedicadas a fines humanitarios, pero también se ha ampliado de manera importante otras asociaciones de tipo cultural, recreativo, ocio, deportivo, folclórico, mixtas, etc., 

El asociacionismo es un movimiento de índole democrática partidario de crear asociaciones cívicas, políticas o culturales. A principio del siglo XIX, el asociacionismo fue un término utilizado por seguidores de las teorías socialistas utópicas de Robert Owen, Claude Henri de Saint Simon y Charles Fourier, entre otros pensadores; posteriormente, en este siglo y principios del XX, se unieron a este movimiento la socialdemocracia, el catolicismo social, los anarquistas y el regeneracionismo cultural y económico; tanto el conservador como el progresista.

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LAS ASOCIACIONES SAMPERINAS


Las llamamos así, samperinas, porque lo que se intenta explicar no son las diversas asociaciones de ámbito regional o nacional vinculadas al pueblo a través de afiliaciones individuales, que seguramente han sido y serán muchas, sino aquellas agrupaciones o sociedades con activismo local que disponen de personalidad jurídica propia o, al menos, de junta permanente con sede en el pueblo. 

De especial relevancia las que están en activo en estos momentos pero también las que lo han sido en la historia moderna y contemporánea si tenemos referencia de ellas aunque sea muy superficialmente. 

Las nuevas tecnologías han hecho su aparición en la vida asociativa. En este apartado  de asociaciones podrían entrar también aquellos blog o páginas web no personales y sin ánimo de lucro que representen a un colectivo cívico de ámbito local.

EL ASOCIACIONISMO EN SAMPER EN LAS DIFERENTES ÉPOCAS. 


1. El Antiguo Régimen y hasta la Restauración Borbónica. 
2. La Restauración y la Dictadura de Primo de Rivera.
3. La II República´
4. La Dictadura Franquista.
5. Los años de la Reforma  Política y la actualidad. 

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ANTECEDENTES  


Aunque decimos que el asociacionismo es un fenómeno contemporáneo, que aparece  con verdadera relevancia después de la Revolución Francesa, y en España a partir las Cortes de Cádiz (en Samper entrado el siglo XX), eso no quiere decir que no existiera anteriormente; de hecho las revoluciones modernas en Estados Unidos y Francia no se entenderían sin la existencia de organizaciones muy cohesionadas en torno a una ideología o programa; generalmente a través de logias de exaltados o ilustrados muy ocultas, jerarquizadas y poco democráticas. Así lo fueron, hasta mediados del siglo XIX entre los liberales, cuando aparecieron los movimientos democráticos federales y confederales que son los que articularon y asentaron el moderno modelo asociativo.

Con anterioridad, en los siglos XV hasta principios del XIX, época que en España llamábamos “Edad Moderna”, teníamos dos modelos de asociacionismo: las hermandades o cofradías de tipo religioso y las de oficios; llamadas por lo general gremios (aunque a veces también hermandades o cofradías.) No puede decirse, con rigor, que estas asociaciones fueran lo que hoy llamamos cívicas, pero se pueden considerar como precursoras de estas.

LAS COFRADÍAS


Etimológicamente, cofradía y Hermandad, significan lo mismo: hermandad viene de germanus (hermano carnal) y cofradía viene de cum fratre (con el hermano). Las asociaciones de fieles que han sido erigidas para ejercer alguna obra de piedad o de caridad, se denominan pías uniones; las cuales, si están constituidas a modo de cuerpo orgánico, se llaman hermandades. Y las hermandades que han sido erigidas además para el incremento del culto público, reciben el nombre particular de cofradías. En aquella época no existía la democracia, por lo tanto se refería a asociaciones de clérigos y laicos, o sólo de clérigos, o sólo de laicos, hombres y/o mujeres, dentro de la Iglesia Católica, no de las asociaciones que hayan creado otras iglesias cristianas, otras religiones, los poderes políticos o los poderes económicos.

En el nº 9 del periódico local de Samper  ”Hato de Voces” de la asociación cultural “Página Abierta”, Amparo París, relata el final de la construcción de nuestra iglesia parroquial “El Salvador” y nos habla de varias cofradías que aparecen por la documentación:  Cofradía del Rosario, Cofradía de las Almas, La Cofradía de Santa Quiteria… En un pueblo que tuvo asentamiento de dominicos, agustinos calzados y el dominio feudal de la Orden de Caballería de los Hospitalarios de San Juan, no debieron faltar las cofradías.

Además Samper ha sido un pueblo en que cada cantón callejero ha estado dedicado a una u otra advocación del múltiple santoral católico como lo atestiguan las muchas capillas abiertas que tiene nuestro pueblo. No cabe duda de que algunas de ellas tendrían también su cofradía vecinal, con su novena, misa anual y comida de cofrades. El aspecto profano y festivo estaba también integrado en las cofradías de laicos; a veces también el de ayuda mutua, como la asistencia a enfermos, los amortajamientos y entierros, etc.  Hasta hace pocos años cuando el pregonero llamaba a acompañar al difunto o difunta al cementerio, lo hacía especialmente a los cofrades de “Santa Quiteria y a los de la Virgen del Rosario”, posiblemente porque estos tendrían antiguamente algún protagonismo especial en los enterramientos. En los dos primeros tercios del siglo XIX se crearon las siguientes cofradías o ya estaban con anterioridad: de nuestra Señora del Rosario, de la 3º orden de San Francisco, de Santa Quiteria, de San Antonio Abad, de Santo Domingo, de San Antón y las Esclavas. (Libro de don Pascual Martinez Calvo, “Historia de Samper de Calanda” capítulo 26, página 15.)

De todas las cofradías, la que ha quedado es la de Santa Quiteria. En el viejo cuadernillo que todavía tienen muchas familias samperinas con los “Gozos de Santa Quiteria” se dice que en el año 1716 el Papa Clemente XI, proclamó un “Breve” concediendo indulgencias a los cofrades y cofradesas; aunque en el libro anterior citado se dice que se fundó (o refundó), en el año 1849. Es seguramente la más antigua de las asociaciones samperinas que se conservan. Y siguen en la fe, y aunque actualmente tienen muchos socios o cofrades, la actividad recae en su junta de mayorales y mayordomos a los cuales se les llama cofrades, como si los demás socios no lo fueran también. 

LOS GREMIOS


Samper de Calanda fue un pueblo con gran cantidad de telares; seguramente habría establecidos algún gremio de esta u otra actividad. Desde principios del siglo XVI el fenómeno gremial fue en aumento, significativamente en la capital del Reino de Aragón y progresivamente en las demás ciudades y villas de realengo, si bien el corporativismo intenso —el oficio reglamentado— parece que sólo fue característica de la capital de Aragón, cuyo tamaño propiciaba su constitución. Es difícil conocer si en Samper hubo maestros con examen aprobado y asociacionismo reglamentado. En el siglo XVIII entro el gremialismo en decadencia (que no los oficios) y en el XIX desaparecieron.

Hasta entrado el siglo XX, los “oficiales” de Samper, incluidos los comerciantes –los que ahora llamaríamos autónomos- celebraban su fiesta, creo que para Santa Lucía, a la manera de cómo todavía hoy lo hacen los pastores del pueblo para primeros de mayo; aunque no creo que tuvieran establecida ninguna cofradía reglamentada.

Como curiosidad, en el libro de Alejandro Abadía Paris, “Samper de Calanda, Tradiciones y Costumbres”, en el capítulo sobre “Artesanía”, página169, menciona muchos nombres de oficios que existieron en Samper y cuya actividad describe y relata como la mayoría de ellos han quedado en el acervo colectivo a través de los apodos de muchas familias samperinas de la actualidad (que me permito reseñar en negrita): albarderos, alpargateros, bataneros, blanqueadores, bolilleras, boteros, botoneros, cañiceros, capaceros, carreteros, carpinteros, cesteros, mimbreros, cuenqueros, esportoneros, menos, pañeras, vareadores, zapateros, mestricos, contaderas, colegiales, panaderos, vinateros, queseros, aceiteros, pregoneros, cafeteros, ceaceros, vaqueros, cebaderos, cereros, tejedores, sastres, cubicas, puntones…

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LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA


Esta transcurrió desde 1971 hasta 1931. Fue criticada por Joaquín Costa, que la definió como un modelo de gobierno oligárquico y en los pueblos la reducía a caciquismo. No había  mucho margen para el desarrollo de las asociaciones cívicas democráticas; sin embargo fue una etapa en la que se crearon algunas de ellas, naturalmente todas de naturaleza conservadora. 

LOS SINDICATOS CATÓLICOS


Al abrigo del catolicismo social y del “regeneracionismo agrario conservador” impulsado por el Vaticano para contrarrestar al sindicalismo de clase socialista o anarquista, se crearon en Samper dos Sindicatos Católicos. Los dos con sede local y café -o casino-, que era un nombre más apropiado para una asociación cívica. También tuvieron una cierta implicación en la economía a través de sus vinculaciones con las cajas de ahorro. Estas asociaciones tomaron bastante importancia en la vida social samperina y se conservaron en la II República.

De otra índole serían otras dos asociaciones muy decisivas en el porvenir del pueblo; “el Sindicato de Riegos” y la “Sociedad de “Montes”. Bien es verdad que para los ortodoxos del asociacionismo cívico esta dos asociaciones se encuadrarían más bien en las sociedades privadas de propietarios, pero sus especiales característica y el contexto en las que surgen les confieren una relevancia cercana a la de las sociedades que nos estamos refiriendo, especialmente la Sociedad de Montes.

LA SOCIEDAD DE MONTES


Protada del Reglamento de la Sociedad
de Montes de 1924
La sociedad se crea en el año 1894, según consta en el artículo 1 de sus estatutos renovados en 1924. Al parecer los vecinos del la villa se hicieron propietarios de la venta por parte del Estado de los montes comunales y de la dehesa de Val de la Chueca. Fue una iniciativa afortunada que impidió que estos bienes fueran a parar a especuladores agrarios que fueron quienes se aprovecharon, en casi toda España, de la discutida “desamortización de bienes eclesiásticos y comunales”.

Lo peculiar de esta sociedad de propietarios es que todos los vecinos de la villa pueden ser socios copropietarios de la misma, incluidos los que sin ser naturales del pueblo se avecinen en el, llevando dos años de residencia continua, con iguales derechos en el aprovechamiento mancomunado y las mismas obligaciones en cuanto al pago de la cuota correspondiente.

El nombramiento de la junta directiva también es peculiar; se realiza por sorteo y teniendo en cuenta las diversas “clases” del pueblo; 2 por los contribuyentes por pecuaria; 2 de los que tributen por rústica un máximo establecido y no tributen por pecuaria; 2 por los que tampoco tributen por pecuaria y solo un mínimo por rústica; 2 por los que tributen por industria; 2 por los que no tributen por nada, y 2 por profesionales.

Se consideran aprovechamientos de la sociedad, los pastos, las leñas, la casa, la caza, las aguas, las colmenas, las diferentes clases de piedras y las roturaciones; estableciéndose por la junta directiva la cantidad que se debe pagar por estos aprovechamientos estableciendo un mínimo. En los estatutos de determina el derecho sin pagar (leña para la casa, caza, 2 cabezas de ganado para pastar, etc. 
Hay un capítulo entero a reglamentar las roturaciones y varios artículos a las infracciones. La Sociedad de Montes, a medio camino entre una sociedad democrática o de propietarios, entró en decadencia en los años sesenta, al inicio de la mecanización agrícola, donde prevaleció la arbitrariedad, la desidia y la falta de autoridad de las juntas directivas.

Algo parecido ha pasado con el “Sindicato de Riegos”. Estas dos sociedades tan importantes, otra hora en la vida económica del pueblo, son hoy en día un rescoldo  de otros tiempos.

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LA II REPÚBLICA  


Esta época, a pesar de su brevedad, fue proclive a la proliferación de asociaciones de diferente signo, entrando Samper de Calanda, una localidad rural, en la modernidad urbana burguesa. 
Los jóvenes de la localidad y bastantes hombres casados de edad no muy adulta, fundaron la Sociedad de Baile de Salón, un hito en el pueblo, que con el cine sonoro y otra sociedad moderna como el club de futbol, Samper abandona definitivamente el Medievo en lo que a costumbres se refiere.

LA SOCIEDAD DE BAILE


El baile de salón no entra en el pueblo de manera repentina; ya con anterioridad se hacían pequeños bailes animados por los mismos tañedores que tocaban en las rondallas de jota o de taberna; con posterioridad se dispuso de armonio y más tarde de discos de piedra, o sea, lo que hoy diríamos “discoteca” aunque entonces se le llamaba “baile” al salón donde se bailaba.

Al principio el baile, ya reglamentado, tenía objeciones por parte de la gente de orden de la localidad por considerar que la iniciativa provenía de la juventud de la izquierda emergente en el pueblo, pero la presencia de significados derechistas que se apuntaron a la asociación facilitó el que se hiciera muy popular el acontecimiento. La objeción al baile no solo provenía de la gente de derechas -el “honor” de las mujeres solteras era algo sagrado-, el de los hombres no tanto. Llegaron a hacerse tres sesiones de baile a la semana, jueves, sábado y domingo. El local se llenaba de madres sentadas con sus sillas, para alcahuetear y disfrutar viendo bailar; más para eso que para cumplir con la “obligación” de vigilar a sus hijas.

La sociedad tenía gran número socios, todos varones, pues las mujeres podían acudir sin pagar cuota ni entrada –Costumbre que se mantuvo hasta los años sesenta-. Se daba el caso de muchos varones socios no bailaron nunca pero se apuntaron por apoyar a la sociedad o para ir con su novia que bailaba con sus hermanos, si los tenía y, sobre todo, con las amigas, una costumbre muy arraigada en la España de aquella época en el baile “agarrado” y que hoy nos sorprende un poco.
El baile de salón se reanudaría después de la Guerra Civil, no sin resistencia de algunas “fuerzas vivas”, pero este ya se hacía administrado por propietarios privados.

EL CLUB DE FÚTBOL

Logo del Club de Fútbol
Los antiguos no conocían el fútbol, el deporte más apreciado era la pelota o también los bolos y otros, pero cuando llegó el fútbol arrasó como un vendaval y la juventud de los años treinta del siglo pasado vibraba ya por este deporte tanto como ahora. Se crearon dos equipos locales (titular y segundo equipo) y creo que data de aquella época la ubicación del actual campo de futbol del Calvario que fue allanado, señalizado y cercado con paredes de adobas que trabajaron los jóvenes, paredes que todavía hemos conocido los de mediana edad para arriba.

LAS ASOCIACIONES POLÍTICAS


Sin duda fueron muchos hombres samperinos (y también algunas mujeres durante la guerra civil, en ambos bandos) que pertenecieron a partidos y sindicatos diversos.  
En cuanto a las asociaciones políticas de ámbito local más o menos establecidas es posible que proliferaran juntas locales de diversos partidos o sindicatos sobre todo durante la guerra,  pero no tengo referencias de ellas; por ejemplo, en la zona “republicana”, los miembros del Consejo municipal de Samper se elegían de acuerdo a la afiliación de cada organización del Frente Popular y de CNT-FAI, pues por causa de la guerra no había elecciones formales; cuando la Republica disolvió el Consejo Regional de Defensa de Aragón y los consejos municipales, en muchos pueblos del Partido judicial de Hijar, se crearon juntas locales del PC, pero en los documentos no aparece Samper entre ellos. Cuando el pueblo fue tomado por los “nacionales” seguro que se crearían las juntas locales de FE-JONS y del Frente de Juventudes aunque es difícil mantener que estas asociaciones fueran de naturaleza cívica democrática.

LAS JUVENTUDES REPUBLICANAS Y LA CEDA


Si que existieron, sin ninguna duda, anterior a la Guerra civil, dos entidades políticas con mucha afiliación; una de ellas de izquierdas, “las Juventudes Republicanas Radical-Socialistas”, a las que se les atribuye algunas iniciativas vanguardistas de la época como el baile, y “la Confederación Española de Derechas Autónomas” (CEDA). Ambas tenían su junta local. Las primeras debieron desaparecer cuando el partido Radical Socialista se integró en Izquierda Republicana; la segunda, fueron, en su mayoría, fusilados al principio de la guerra. 

Escuché decir, como para intentar justificar o entender los asesinatos de aquella aciaga noche de los fusilamientos por parte de milicianos brigadistas de CNT-FAI, que dicha junta derechista y los más destacados afiliados (de la CEDA), tenía unas listas elaboradas con izquierdistas del pueblo para eliminarlos cuando estallara el “Movimiento”. Aunque fuera verdad y estuvieran al tanto de que se iba a producir un golpe de estado (cosa creíble, en los más implicados políticamente, porque los odios estaban muy encolerizados), no quiere decir que lo fueran a llevaran a cabo, ni nada justificaba una actuación de ese talante delictivo y criminal por parte de los brigadistas. 

Durante muchos años fue imposible la existencia de la vida asociativa, al menos la cívica democrática.

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LA DICTADURA FRANQUISTA


El Estado de Bienestar, que se extiende por las democracias europeas después de la Segunda Guerra Mundial, en España no llega a producirse hasta finales de los años setenta.  Así, durante cuarenta años posteriores a la Guerra Civil se produce una gran paralización del fenómeno asociativo”. Hacia los años 60, comienzan a surgir algunos tímidos intentos de participación social y en el año 1964 la Ley de Asociaciones, da ciertas posibilidades, aunque muy limitadas a la constitución de asociaciones.  Esto permite la actuación de algunos grupos en torno a la iglesia católica, como Caritas, Cruz Roja Española y asociaciones de servicios y de promoción como las de discapacitados. Don Pascual Martinez Calvo, en su libro, “Historia de Samper de Calanda”, nos vuelve a señalar la existencia de las cofradías del Santo Sacramento, de Santa Quiteria, de las Hijas de María y de la asociación Josefina, así como de la más moderna Acción Católica, con junta parroquial y ramas de hombres, mujeres, jóvenes (separados chicos y chicas) y niños-niñas; todas muy activas.

EL CENTRO SOCIAL CATÓLICO


Es al comienzo de los años sesenta cuando se crea en Samper de Calanda una de las asociaciones impulsadas por la Iglesia que nos marcaría a varias generaciones de samperinos y agitaría la lánguida existencia del pueblo: El Centro Social Católico “Virgen del Pilar”, al calor de las iniciativas de centros sociales católicos denominados “Fomento de Cultura, Deporte y Recreo, FOCAR”.


Vista aérea del Centro Social "FOCAR"
El evento fue impulsado por un sacerdote nuevo que vino al pueblo dispuesto a aplicar las nuevas ideas del Concilio Vaticano II, don Luis Sánchez Torrado o mosén Luis, pues “mosén” es el título que todavía  le dábamos por aquella época en Aragón a los curas. No era mosén Luis un cura progre a la manera de los que proliferaron por la Tierra Baja años después; era más bien reformista y de modales muy refinados, casi elitistas; provenía de la clase alta de los Madriles y no creo que llegara a comprender bien la sociología del pueblo, ni la mayoría del pueblo le comprendió a él, aunque algunos que han escrito sobre la historia de Samper, apuestan por lo contrario.

Si el pueblo estaba dividido, se dividió todavía más, pero no sería justo decir que lo hizo siguiendo la pauta del antagonismo de derechas-izquierdas; mosén Luis pretendió eliminar las tradiciones devotas seudocristianas pero muy arraigadas entre la población; no quemó las imágenes como los rojos pero hizo desaparecer de la Iglesia la mayoría de ellas; tropezó como tantos otros curas o como les pasó a  los republicanos jacobinos, con la peculiar Semana Santa del pueblo; no podían entender qué demonios era esa locura de tocar el tambor. Si las procesiones ya le parecían un disparate preconciliar – a mosén Luis-, lo de tocar fuera de las procesiones era un anacronismo tercermundista. Esta tradición volvió a caer a la mínima expresión, solo mantenida por la cabezonería de algunos pocos irreductibles ante la presión ejercida por “el Largo”, que es como le llamaban algunos porque era delgado y alto de estatura.

Su excesivo protagonismo reformista le enfrentó a una parte del pueblo que manifestaba su rechazo no yendo a las instalaciones del Centro y le criticaban por las tabernas y corros de chafardería; anticlericales de siempre e izquierdistas ortodoxos a más de tradicionalistas o adictos al Régimen; pero también agrupó con entusiasmo a mucha gente de ideales abiertos y a católicos piadosos (beatos, les llamábamos entonces),  que vieron en el nuevo cura un revulsivo y una oportunidad para iniciativas sociales, culturales e incluso de más calado.

Decidió construir un gran edificio en donde antes estuvo ubicado el Castillo (destruido durante las guerras carlistas y que los paisanos llamaban “el Fuerte”.) Se inauguró la sociedad en el año 1962 con un nuevo y más moderno cine, aunque de películas pulcras según el esmero moralista de la Iglesia, o sea, para todos los públicos, o para casi todos, pues a un buen sector del público solo le gustaba las “cintas de tres erres” y a ser posible “con reparos”, según catalogaba la censura de la época; así que muchos cinéfilos seguían acudiendo al viejo cine tradicional donde se proyectaban las películas consideradas escandalosas como “Gilda”, de la que me quedé sin poder ver en mi tierna adolescencia porque el servicio de orden de la localidad tenía orden de despachar del sala de proyección a los menores de edad. También tenía, el FOCAR, un bar y amplia terraza en un espacio urbano envidiable que echamos de menos quienes lo disfrutamos. Hoy abandonado y en ruinas.  Se llevaron a cabo iniciativas culturales, de Acción Católica, de teatro y otras.

Personalmente le tenía antipatía a mosén Luis, por su aversión a nuestra Semana Santa, porque me parecía un pijo y porque no podía ver a los del Barça. Los domingos ponía los altavoces de la Parroquia a todo volumen con el himno del Real Madrid  y en una de las pocas televisiones de aquellos años, que estaba en la casa de la Acción Católica, no nos dejaba regocijarnos a los zagales barcelonistas cuando les metían gol a los del Real Madrid. 

Pero mi opinión hacia “el Largo” ha ido mejorando con el tiempo; creo que se metió en un barrizal portentoso en una época difícil, con el mucho poder que le daba la iglesia de aquellos años y la falta de pericia en la comprensión de la cultura autóctona. Las malas lenguas dicen que en la época de la Transición política se secularizó, se caso y se afilió al partido Comunista; esto último no me cuadra mucho, pero eso dicen amigos míos que lo conocieron por esa época en la capital de España.

El “Centro” o “Focar”, que es como llamábamos a la sociedad, siguió teniendo protagonismo en el pueblo cuando se fue mosén Luis pero, poco a poco, fue entrando en una lenta decadencia hasta que se cerró. Hace uno o dos años se disolvió la sociedad, que ya estaba inactiva;  se le había conmutado su deuda con la Sociedad de Montes y a algún profesional. Ahora dicen que tiene aluminosis que es una enfermedad del cemento que nos dejaron los tecnócratas del Franquismo. Creo que el Ayuntamiento se ha hecho cargo. Un poco tarde es y con la crisis, para renovarlo y activarlo. Pero sería bonito. 

OTRA INICIATIVA ASOCIATIVA


Al comenzar los años 70, en un contexto social de fuerte movilización sociopolítica se registro un gran auge de los movimientos ciudadanos y asociaciones diversas 
Estos años suponen un protagonismo importante de la participación ciudadana, participación que negada en años anteriores, pasa a ser uno de los protagonistas.  Se participaba en la fábrica, en la escuela, en la universidad, en los barrios…y en los pueblos. Modestamente en Samper de Calanda también.

La situación en la que se encontraba el pueblo era de extrema debilidad; la emigración era muy abundante, primero lo había sido hacia Cataluña y en esos momentos se orientaba hacia Zaragoza atraída por el “Plan de Desarrollo Industrial” promovido por el Gobierno de la Nación. El Sindicato de Riegos y la Sociedad de Montes, que en otros tiempos fueron agentes de desarrollo en el pueblo, habían iniciado una decadencia fatal e irrecuperable. El primero porque su juntas directivas iba perdiendo progresivamente autoridad para poner orden en los abusos que se cometían en los turnos de riego (adores), cada vez en mayor cantidad, y la segunda porque los propietarios labraban y se apropiaban de las sardas del monte de la sociedad arbitrariamente.

La mecanización estaba modernizando la agricultura pero el individualismo entre los propios agricultores y el endeudamiento crediticio hacía que a la larga haya sido poco rentable la actividad agrícola. Las tentativas para conseguir la “Ordenación Rural y la Concentración Parcelaria”, una de las mejores iniciativas del Régimen Franquista, hacían que salieran a relucir malos modos.
Un grupo de jóvenes, de aquella época, nos reunimos con la ilusión de hacer algo que supusiera una reacción positiva que vigorizara el pueblo. Se creó una nueva asociación.


EL CENTRO DE INICIATIVAS Y TURISMO (el CIT)


 Portada del boletin que editaba el CIT
(Cento de Iniciativas y Turismo de
Samper de Calanda)
Es curioso, pero no todas las personas que participamos en aquel evento tenemos, de manera exacta, la misma visión de los motivos que nos llevaron a él, ni el mismo análisis de lo que fue; lo que quiere decir que es muy difícil ser objetivo con el pasado reciente que se ha vivido  ¡Como para serlo con el que no se ha vivido o con el devenir! Mi opinión personal es que se hizo con la ambición, algo pretenciosa, de educar a la población que considerábamos un poco rezagada, sobre todo en lo cultural, y también con el deseo más meritorio de contribuir a superar la desesperanza por el porvenir del pueblo y la desunión infructuosa, mejorar la convivencia, favoreciendo la reconciliación entre los vecinos producto de las recientes divisiones a consecuencia de la última Guerra Civil y otras beligerancias anteriores y posteriores.

Lo mejor –se dijo- sería editar una publicación en la que se pudiera escribir de todo y que llegara a todos, pero entonces no era fácil; tanto por los medios de escritura e impresión como por cuestiones legales. Las técnicas se resolverían por medios artesanales, construyendo un artefacto de multicopista elemental como hacían las organizaciones clandestinas de la época, que en poco tiempo fue sustituida por una multicopista de última generación gracias a los ahorros en las entradas por las cuotas, una pequeña subvención y el que la copiadora nos la promocionó un empresario catalán vinculado al pueblo por causas familiares.

Para dar cobertura a la revista crearíamos en Samper un “Centro de Iniciativas y Turismo” que nos permitiera editar un boletín; ni por un momento pensábamos entonces en la iniciativa turística del pueblo, aunque a la larga fue una de las secciones de la asociación, sobre todo en lo relacionado en con la “exaltación de la Semana Santa”. 

Bastó que el boletín publicitara las asambleas para dinamizar la Semana Santa y el llamamiento a participar en ella, para que en muy pocos años esta alcanzara un número portentoso de participantes. El tocar el tambor pasó, de ser una actividad socialmente incorrecta, sobre todo en lo que al aspecto lúdico se refiere, al éxtasis colectivo.

Se crearon secciones de “Música”, teatro, futbol, biblioteca y más, y el boletín nos lo quitaban de las manos. Hasta que las autoridades prohibieron su publicación por un artículo de la memoria histórica conciliador, reflexivo y sensato.

Pero la sociedad del CIT no terminaría con la desaparición del boletín como creen algunos paisanos poco enterados; esta siguió aunque muy menguada de participación.  Aún así tuvo una segunda época de boletín informativo sobre las actividades relacionadas con el pueblo gracias a la iniciativa de unas pocas personas, especialmente de Miguel Franco, presidente por aquel entonces de La Ruta del Tambor y Bombo y linotipista de Heraldo de Aragón. Ignoro cuál es la situación actual del CIT, aunque el “Grupo Filatélico de Samper de Calanda” que lidera Alejandro Abadía mantiene la estela de esta asociación.

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LOS AÑOS DE LA REFORMA POLÍTICA Y LA ACTUALIDAD


Con motivo del advenimiento de la democracia empiezan a surgir diversas asociaciones de muy diverso tipo; una de las más tempranas, fueron:

De mujeres:

LA ASOCIACIÓN DE AMAS DE CASA


“Santa María”, se llama; con sede social en el edificio municipal de la plaza de España, antiguo Auxilio Social. Una de las más activas y con mayor número de socios (de socias), de las actuales asociaciones. Tiene estatutos formalizados ya que está federada o integrada en otra de ámbito provincial. Está también muy relacionada con una que también opera a nivel local:

LA ASOCIACIÓN DE FAMILIAS Y MUJERES DEL MEDIO RURAL (AFAMMER) 


Ambas son muy conocidas en las comarcas aragonesas aunque no tanto en el área metropolitana de Zaragoza; su actividad se centra en el apoyo a los problemas socioeconómicos de las mujeres, en general; en el ocio y recreo; en la promoción de actividades manuales, en folclore, etc.

Deportivas:

LA ASOCIACIÓN DE CAZADORES


Es la más antigua. Gestiona el Coto del Monte, que es lo que le da relevancia y autoridad. Desde mi punto de vista deberían plantearse el control de veda con seriedad. No se si lo hacen actualmente, pero al menos no se hizo en su tiempo donde se cazaba de día, de noche y durante todo el año. Hoy está deshabitado de caza, no sé si ya de manera irreversible. También han influido las enfermedades del conejo, las roturaciones y la mecanización del campo con los productos químicos y la falta de lluvias de esta zona esteparia.


EL CLUB DE FÚTBOL SAMPER 


Que sigue actuando en el veterano Campo de Futbol del Calvario. Aunque los días de gloria están por venir. Que vendrán. De momento se mantiene en Segunda Regional.

EL CLUB DE TIRO “EL PINAR”


Con modernas instalaciones de Tiro al Plato en el complejo deportivo y de feria del Calvario. Muy ligado como puede suponerse a la Asociación de Cazadores.

EL CLUB CICLISTA

De reciente creación, creo que tiene la sede en el Molino Harinero.

Didácticas y culturales:

LA ASOCIACIACIÓN CULTURAL “ZANZANOLLA”


Impulsada por varios jóvenes del pueblo que de alguna manera quisieron recrear y actualizar lo que fue el antiguo periódico del CIT. Crearon una publicación, ahora ya sin trabas legales ni burocráticas que llamaron “Hato de Voces”. Parece ser que la participación en el evento no fue muy grande y la revista duró poco tiempo. No obstante cuando la asociación se convirtió en una asociación juvenil, la afiliación fue bastante grande aunque no fue posible su permanencia por falta de responsables en la junta de dirección.

LA ASOCIACIÓN CULTURAL “PUERTA ABIERTA”


Unos años después apareció esta nueva asociación, con Gente nueva y una segunda época del periódico “Hato de Voces”; con una gran tirada y gran aceptación. Lamentablemente se tuvo que dejar de editar la publicación por motivos parecidos a los anteriores. La asociación, que tiene su sede en el Molino Harinero reconstruido, está casi en hibernación aunque ha realizado alguna actividad en colaboración con otras asociaciones culturales de la comarca.

GRUPO FILATÉLICO SAMPER DE CALANDA (CIT)


Inició su andadura en 1993 con un grupo de samperinos y samperinas amantes de la filatelia. Tienen página web; exponen, investigan en pro de la filatería y tienen más de seis colecciones, con medallas de diversos metales en muestras regionales, nacionales e internacionales. Editan boletines que se pueden leer y descargar por Internet, así como álbum de fotos antiguas y otras actividades. Muchos de sus trabajos están en relación con personajes ilustres de la provincia de Teruel, de la historia de sus pueblos, etc.

ASOCIACIÓN CULTURAL PEÑA LOS TAMBORES


Dedicada a la promoción de todo lo relativo a los toques y marchas de tambor y bombo tradicionales en la Semana Santa de Samper de Calanda, integrada dentro de la Ruta del Tambor y el Bombo, a su conservación tal como se ha recibido de las generaciones que nos precedieron; aspiran a mantener viva una tradición que se remonta a la memoria de los más ancianos, traspasándola a las generaciones jóvenes y conservar todos aquellos objetos que tengan que ver con nuestra Semana Santa.

Organizan cursos para la enseñanza de toques y marchas tradicionales de la Semana Santa de Samper de Calanda.
Favorecen la integración de aquellos samperinos, que emigraron, en nuestra Semana Santa.
Colaboran con los departamentos oficiales de turismo que correspondan para favorecer la difusión de nuestra Semana.

Tiene sede oficial en una antigua casa que reconstruyeron de la zona medieval del pueblo, realiza algunas actividades culturales como exposiciones, charlas, y otras; también podría integrase esta asociación en las de carácter lúdico y gastronómico.

ASOCIACIÓN A.P.A.S. de padres de alumnos “FRANCISCO LOSCOS”


Actualmente AMPA; se creó por allá el año 1986. Por los mismos padres y madres que dos años antes habían fundado la asociación para la guardería de niños “LA CALANDRIA”.

ASOCIACIÓN CULTURAL, “PAN, VINO Y MORADA”


De reciente aparición, tiene su sede en el Molino harinero y cuenta con blog en la red de Internet.

Lúdico piadosas:

COFRADÍA DE SANTA QUITERIA


Bastante activa; es seguramente la más antigua de las asociaciones locales; Entre sus actividades están la de gestionar y mantener las instalaciones de la ermita y la hospedería. También, esta cofradía, tiene una derivación festiva al responsabilizarse de la romería que se hace anualmente con motivo de la festividad de la patrona, el Día de los Hijaranos (el Pilón), etcétera.

COFRADÍA DEL CALVARIO


Esta cofradía se creó también para hacerse cargo de la ermita del Santo Sepulcro, que por aquí llamamos Calvario. Actualmente gestionan la antigua casa del ermitaño, reformada y convertida en museo de la Semana  Santa y hospedería. La banda de Alabarderos también y los pasos procesionales están vinculados a esta cofradía.

Folclóricas:

ASOCIACIÓN CACHIRULO “EL SALVADOR”


Dedicada al recreo, instrucción y conservación de la jota. Apareció hace a principios del 2000 y es una de las más activas y con más socios, ya que tiene escuela de jota y participa en otros eventos juntos a otras asociaciones similares de Aragón, casas regionales de otras comunidades, etc. Sus socios celebran en la localidad “cenas de alforja” y una comida de hermandad al año con motivo del aniversario de su fundación a la que asisten unos cientos de personas entre asociados e invitados de otras localidades. Tiene su sede en el edificio municipal de la calle de los Marqueses.

De la tercera edad

ASOCIACIÓN DE MAYORES


Tiene edificio propio y también es bastante activa y muchos socios; me imagino que forma parte de la red de mayores de Aragón aunque no me consta que esté integrada en el Consejo Aragonés de Personas Mayores (COAPEMA)

Peñas lúdicas festivas:

“EL EXTRAPALUCIO”


Quizás la más apreciable o relevante por cuanto dispone de sede en edificio social, sobre todo su activismo se centra en las fiestas mayores.

“MAZAS GORDAS”

Sobre todo con protagonismo en la Semana Santa. Dispone de blog en Internet.

“LA CUADRILLA”

Legalizada como asociación cultural, pero su actuación se manifiesta solamente en lo lúdico-festivo, especialmente en la Semana Santa.

PEÑA “PKO”

Peña festiva veterana y con blog en Internet, aunque creo que inactivo en estos momentos.
Las hay en bastante cantidad últimamente, la mayoría centradas en las fiestas mayores y la Semana Santa o en ambas (incluso alguna involucradas en el ensayo y enseñanza del toque del tambor y bombo a pequeños. Pero casi todas ellas son esporádicas y no tienen personalidad jurídica, junta local, boletín o página web.

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