Por José Ángel Guimerá
ASOCIACIONISMO | RUJIAR XII
Son muchas las imágenes que vienen a mi cabeza si me pongo a pensar en la asociación cultural la Valera. De todas ellas, elegiría la que fue portada del programa de Fiestas de Verano el año 1997. Seis dibujos que ilustraban estas fiestas, a manos de los únicos seis niños y niñas en edad escolar residentes en Castelnou en aquella época. Fotocopiados sobre un acetato y colocados sobre una foto de un trozo de la pared de la peña. Una pared verde llena de desconchones mostrando a través de distintos tonos en verde la pátina y también la historia de esa pared.
Volver la mirada hacia la historia de esta asociación supone recordar una importante época de mi vida.
1. LOS INICIOS
“La Asociación Cultural La Valera se creó a finales de mayo de 1995. Sus objetivos principales eran fomentar la comunicación y la convivencia de todas las personas dentro de nuestra localidad, ofreciendo alternativas de tiempo libre que ayuden a rellenar el vacío de actividades de ocio”.
Muchos fueron los documentos y cartas encabezados por este texto, que hablaba del porqué de esta asociación cultural, creada después de varias reuniones en el salón del piso superior del antiguo tele-club.
Tuve la suerte de presidir aquellas reuniones y, posteriormente, de ser el primer presidente de esta asociación. No en vano, muchos de cuantos han participado en su actividad o simplemente han disfrutado del montón de actividades organizadas, afirman que su creación, provocó un cambio más que sustancial en la vida de esta localidad.
Salón de actos del antiguo tele-club
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Estábamos aprendiendo a debatir, y era más que normal que acabáramos hablando varios a la vez. Cuando recuerdo aquellas reuniones en esas condiciones, no tengo ninguna duda de que le echábamos ganas.
Fueron muchos los motivos para llegar a este punto de encuentro. Inicialmente, este movimiento social, estaba apoyado por los más jóvenes, no sólo de la localidad, ya que también tuvieron mucha influencia todos cuantos venían de visita en vacaciones, fiestas o fines de semana.
Pero lo que realmente motivó que mucha gente acudiera a aquellas primeras reuniones, previas a la creación de la asociación, fue la propuesta de recuperar las Fiestas de Verano. Unas fiestas que desde hacía más de diez años se habían dejado de hacer.
Se repetía en muchos foros aquella cantinela de que “hay que recuperar las fiestas”, y parecía una idea generalizada pensar que era posible hacer cosas para rellenar con actividades culturales los ratos de ocio y dar un poco de alegría a un pueblo, cuya mayor parte de la población era de muy avanzada edad. Seguramente, si juntamos todo esto, ahí encontraríamos las causas que llevaron a pensar en esta iniciativa.
Castelnou, por aquel entonces, era un pueblo en el que la única excusa para salir de casa era ir al bar a tomar algo con los amigos, para posteriormente montarte en un coche e ir a cualquiera de los pueblos un poco más grandes del entorno.
Un día cercano a la Semana Santa del año 1995, dando un paseo, pasaba junto al campo de latoneros de Manolo Ibáñez (Manolito). Después de mantener un buen rato de charla con él, parece que cuajó la idea de que, definitivamente, teníamos que hacer algo. Días más tarde, en esta ocasión en las calles del pueblo, frente a “la casa del Amelio”, recordaba Manolo, pensamos en colocar unos carteles en “la puerta del Amable, la de la Delfina y también en el bar”. Esos eran los sitios donde se colgaban, habitualmente, los bandos municipales y todo tipo de anuncios. Desde allí se invitó a todos los interesados a una reunión en la que fuera posible comentar y charlar sobre la necesidad urgente de hacer algo que diera salida a estas inquietudes.
Y llegó el día de la primera reunión: el día 14 de abril de 1995. Se celebraba la festividad de Viernes Santo. Después de colgar los carteles y dar voces por diferentes casas, el salón de actos del tele-club se llenó de gente de todas las edades, con una idea en común: “había que hacer algo” para cambiar ese vacío de actividades y por supuesto recuperar las Fiestas de Verano. Un montón de propuestas surgieron tras una tormenta de ideas, como la creación de exposiciones, hacer cursos o talleres de manualidades; y una de las que más se repetía era “plantar pinos”, como propuesta de reforestación, además también se propuso investigar en la historia de la localidad, hacer un mercado medieval…
Tras el primer éxito de convocatoria se sucedieron unas cuantas reuniones más, hasta dar con la fórmula de trabajo, que finalmente fue la creación de una asociación cultural. Crear una entidad legal, con unas normas básicas definidas, y como es habitual con sus propios Estatutos. Además, esta situación, permitiría solicitar subvenciones que ayudarían a una financiación que básicamente se compondría de donaciones y la cuota de socios.
Aquella asociación podría hacer las veces de una Comisión de Fiestas y también resultaba válida para llevar adelante el resto de propuestas.
Dos meses más tarde se firmaban el acta de Constitución y los Estatutos. Fue un domingo 14 de mayo, con fecha del lunes 15, cuando se mandaron al registro.
>> ESTATUTOS FUNDACIONALES
>> RESPUESTA DEL REGISTRO
>> ESTATUTOS FUNDACIONALES
>> RESPUESTA DEL REGISTRO
Esta fue la relación de cargos de la Junta directiva constituyente:
PRESIDENTE: José Ángel Guimerá
VICEPRESIDENTE: Manuel Ibáñez
SECRETARIA GENERAL: Amparo Claver
TESORERA: Mercedes Ibáñez
El nombre de una campana, la Valera, se convertiría en el símbolo y denominó este proyecto asociativo a propuesta del entonces párroco, Carlos Bravo. La Valera es también el nombre de la campana de la iglesia de la localidad.
Se acababa de fundar una nueva institución, por lo que había que crear una imagen que siempre todo el mundo identificara con la asociación. Lo primero que se hizo fue el sello, que a partir de entonces siempre estaría presente en todos los papeles y publicaciones. Se trataba de la firma de la asociación.
Las palabras ASOCIACIÓN CULTURAL eran el yugo de la Campana. Su nombre LA VALERA formaba el anillo sonoro. Las palabras Castelnou (Teruel) simulaban “los tañidos”, que parecían salir de la boca de esta campana.
Un dato curioso es que lo que más veía la gente en este dibujo era “una pera”. Había que explicarlo. Posteriormente se pensó en el diseño de un logo que fuera menos serio y diera otra imagen a esta asociación, cuando ya contaba con un año de existencia.
Diseño del logo (año 1996)
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Un boceto hecho con lápiz, dibujado a partir de los reflejos en una campana, sería la portada del primer programa de fiestas en el año 1995. De ahí, se pasaría al logo de la asociación sobre un fondo dorado en 1996. Se hicieron pins, mecheros y también se imprimía en camisetas, para darlo a conocer a todo el mundo.
La Valera se reafirmaba como uno de los iconos más importantes de esta población. A modo de presentación, el programa de fiestas de verano de 1995 contenía un texto escrito por Manuel Ibáñez. Era toda una declaración de intenciones:
“LA VALERA, así se llama nuestra campana,
así se quiso que también se llamara nuestra asociación.
La campana está siempre en lo alto,
desde allí ve, es vista y oída, bien se toque, repique o sea bandeada,
llega a todos los nacidos y amigos del pueblo,
estén o no estén en el lugar.
¿Quién de nosotros lejos de nuestra villa,
no tiene grabado en la memoria el sonar y tono de la Valera?
Es la megafonía ancestral que siempre ha servido para
comunicar, reunirse, celebrar, etc…
¡Ojalá! nuestra asociación, y depende de todos nosotros,
sirva como la Valera para lo mismo:
COMUNICARSE
REUNIRSE
COLABORAR
UN SONAR CLARO
UN TONO LIMPIO
QUE VEA, SEA VISTA Y OIDA”
Es para mí una satisfacción ver como todas estas esperanzas puestas en los inicios del proceso fueron más que cumplidas, e incluso superadas.
Nuestra asociación contaba con sólo dos precedentes en el pueblo, aunque ninguna de estas era similar.
La primera asociación de tipo cultural, al igual que en muchas localidades españolas, fue el tele-club. Este edificio, como ya se ha dicho, albergó las primeras reuniones hasta que el ayuntamiento cedió la que fue nuestra primera sede social. Se trataba de un local, situado entonces sobre el consultorio médico, y que, ahora, está sobre la tienda. Este era uno de los requisitos estatutarios para la constitución, ya que resultaba necesario tener una sede social. Tras la petición formal al consistorio, estos nos respondían un 17 de mayo, cediéndonos el local donde actualmente se encuentra la biblioteca y un espacio colectivo para Internet.
Según podemos leer en los Estatutos del tele-club (un modelo estándar) el objeto de este mismo era “fomentar en general la cultura y la convivencia social de los vecinos de la localidad…”. La Valera acabó teniendo, como ya dije, unos fines muy similares.
El otro antecedente fue la extinta Comisión de Fiestas, que se había disuelto diez años atrás, con la desaparición de las Fiestas de Verano.
Quizás esta última tuviera todavía más puntos en común con la Valera, ya que compartían uno de sus principales objetivos: organizar las fiestas. Además, también tenían en común que ambas estaban impulsadas por la gente joven. Como veremos más adelante, también contaron con el rechazo de la corporación municipal y un sector de la gente. Ambas se financiaban, principalmente, pidiendo donaciones particulares a vecinos y veraneantes.
Podemos decir que nuestra asociación heredó un modelo administrativo similar al que tenía tele-club, copiado, a su vez, de otra asociación, en este caso de la localidad cercana de Albalate del Arzobispo, conocida como Asociación Cultual Centro Joven. La experiencia en organizar fiestas la heredamos de la anterior Comisión de Festejos, de la que Amparo Claver, Mercedes Ibáñez y Manolo Ibáñez formaron parte, y ahora, además, estaban en la Junta de la Valera.
Lo primero que hicimos fue recopilar los datos de cuantos tuvieran alguna relación con la localidad y nos pusimos en contacto con ellos, llegando en pocos años a superar los doscientos socios, que eran, en ese momento, más del doble de la población real de Castelnou.
Como la totalidad de actividades que se programaban era muy diversa, se creaba una estructura de cinco talleres que deberían estar tutelados por cinco responsables.
TALLER DE ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL
TALLER DE MEDIO AMBIENTE
AULA DE CURSOS
TALLER DE DEPORTES
TALLER DE INVESTIGACIÓN
Así el taller de Animación Sociocultural se encargaría principalmente de la organización del grueso de las fiestas, excursiones, cine…
El segundo de los talleres con más actividad fue el taller de Medio Ambiente. Desde allí se organizarían todas las jornadas de Medio Ambiente, cuyo proyecto inicial fue la creación de un Cinturón Verde que rodeara la localidad. Se pusieron en marcha campañas de reforestación con planta autóctona, en las laderas que rodean al pueblo colocando riego a goteo.
El tercer taller se llamó Aula de Cursos. Desde aquí se pretendía organizar charlas y cursos.
El cuarto fue el taller de Deportes, que organizaría todo tipo de competiciones deportivas.
Y por último también se creó el de Investigación, desde el que se intentaría recopilar todo lo que concierne a la historia de la localidad, fotos, vídeos, textos, nombres de partidas del municipio, dichos y vocablos locales…
2. LA ACTIVIDAD
En agosto de 1995 la Valera cosechaba sus primeros frutos. Los días 11, 12 y 13 se organizaban las primeras Fiestas de Verano.
Periódico La COMARCA (del 18 al 24 de agosto de 1995)
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De mayo a agosto queda poco tiempo para dormirse en los laureles. Como todo se debatía, se organizaron un montón de reuniones para repartir responsabilidades y realizar la programación. Un dato curioso es que para tener el máximo de participación, esperamos hasta el último día antes de las fiestas para hacer la última reunión donde, por ejemplo, se ponían los precios de la barra de bar instalada en el cobertizo, en una esquina de la plaza Mayor.
La Barra (año 1995)
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En todas estas reuniones previas tomamos la decisión de que las Fiestas de Verano no se hicieran siempre en la misma fecha. Unas fiestas desvinculadas de tradiciones religiosas. Esto permitiría que siempre tuvieran lugar el segundo fin de semana de agosto.
¡No cubríamos gastos!..., pero pensábamos que los beneficios de la barra del bar darían para pagar la verbena, también los gastos de las comidas y los materiales para los distintos juegos. ¡Qué nervios! Los esfuerzos merecieron la pena. La buena acogida de todas las actividades, a lo largo de los días de fiesta, supondría algo más que un aprobado. Además de unos generosos beneficios de barra, las donaciones particulares se multiplicaron durante esos mismos días y los inmediatamente posteriores. Una situación que nos permitiría, pagar los gastos de aquellos días, y empezar a contar con un pequeño colchón económico que nos haría posible afrontar modestamente otras actividades.
Otro hecho a resaltar fue la implicación de casi todo el mundo en las actividades, bien fuera organizando o echando una mano en cualquier cosa, y, cómo no, participando. Una de las cosas que más impresionaba a los visitantes de otros pueblos del entorno, era que llegaba la hora de recoger la plaza y se repartían escobas. Eran muchos los que en poco tiempo eran capaces de dejar la plaza como si no hubiera sucedido nada.
Barriendo en la plaza (año 1996)
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Las Fiestas de Verano eran los días que habitualmente constituían el grueso de actividades programadas para cada año. Comenzamos recuperando tres días de fiestas, que año tras año se iban cargando de actividades, hasta que el año 2002 pasamos a realizar toda una Semana Cultural.
Hagamos un recorrido por estas fiestas:
El primer año de fiestas, la mayor parte de actividades fueron del tipo juegos o concursos, como carreras de sacos, yincanas, cucañas, juegos tradicionales…
Carreras de sacos (año 1995), cucañas y juegos tradicionales (año 1996)
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El año 1996 comenzábamos a tener una agenda más apretada. Pero sin duda lo que más recordaré es que, sólo un día antes de que empezaran las fiestas, se recibían los programas, los pins, los mecheros y unas camisetas que todo el mundo compró. Se trataba de un fotograma de película con una imagen de Castelnou en formato panorámico, con dos franjas negras.Como si se tratara de una pantalla de televisión, en la banda inferior había un subtítulo que decía: “- Castelnou, ¿seguro que es Teruel?, - pues claro”
Primeras camisetas de la Valera (año 1996)
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Sólo un día de verbena en la plaza, gratis para todos los asistentes y por supuesto las chocolatadas y comidas pertinentes. El aspecto más cultural, que desde su inicio contó con gran participación de público de todas las edades y gran colaboración, fue nuestra primera exposición.
El taller de Investigación se estrenaba con expo-foto antigua. Una colección de fotografías de todos los tiempos de la localidad se colgaban en las paredes del local que hoy es la biblioteca.
El pistoletazo de salida de las fiestas ha sido, casi todos los años, la Mojada. Todos los jóvenes, cubos en mano, se acercan al abrevador, donde comienza esta batalla de agua. Todo el mundo que pasa por allí acaba achopado. La primera Mojada tenía lugar el año 1995, totalmente improvisada y fuera de programa. Tras su éxito, se incluyó por primera vez en la programación de fiestas en el año 1996.
MOJADA (año 1995)
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Al terminar la Mojada, todos se iban a cambiar de ropa a casa. Aquel año, cuando de nuevo bajaban a la plaza, llevaban esta camiseta, que prácticamente se convirtió en el uniforme de fiestas. Llegar a la plaza y ver a todo el mundo con ella es una de las imágenes más satisfactorias que recuerdo. Era una especie de reconocimiento popular al esfuerzo de aquellos meses de trabajo. Todo el mundo que vestía esa camiseta y había comprado el pin con el nuevo logo, parecía respaldarlo.
Años más tarde, se haría un concurso de camisetas que ganaría el dibujo de una campana a manos de Kiko Martín.
Ficha ganadora del concurso (año 1997)
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Pero todavía se han hecho más camisetas. El año 2004 se hacía una camiseta con un diseño “sesentero”. Su diseñadora fue Patricia Anadón. Finalmente, el pasado año 2011, se hacía el diseño de otra camiseta, con el logo ganador del concurso del II Mercado Medieval de Castenou. La ganadora de ese concurso fue Laia Fernández.
El año 1996 se hacía por primera vez el concurso de tortillas y se recuperaba el torneo de fútbol “solteros contra casados”. También se harían los primeros fuegos artificiales.
Aquel segundo año de fiestas, le tocaba el turno a la exposición de objetos antiguos, que llenaron el salón de arriba del tele-club. Además de ser otro ejemplo de colaboración, fue una de las exposiciones que más recuerda la gente de aquellos primeros años. Todos los jóvenes, tal como iban llegando al pueblo, se apuntaban a “restaurar” y limpiar todos aquellos objetos que los vecinos más mayores del pueblo nos prestaban para exponerlos. En las paredes de la entrada de la exposición se colgaron las fotografías expuestas y recopiladas el año anterior, ampliadas a tamaño DIN A4. Recuerdo como lloraban algunos de los visitantes más mayores, al reconocer a personas que tan apenas se distinguían en las fotos originales, debido a que eran muy pequeñas. Todas estas fotografías, y algunas otras, constituyen el inicio del Archivo Fotográfico de la Valera.
EXPO VERANO LA VALERA (año 1996)
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Un detalle más a recordar de esta exposición. Como no podíamos sacar el escenario que había siempre en la sala, lo transformamos en estantería, levantándolo sobre la pared del fondo. Allí colocamos la mayor parte de los pequeños objetos.
Este segundo año la asociación llegaba a un nivel de actividades que se mantendría hasta el año 2002, cuando se haría la primera Semana Cultural.
>> PROGRAMA DE FIESTAS DE VERANO 2001
De los años siguientes, destacaría que siempre se intentaba innovar, añadiendo o cambiando actividades de la programación de fiestas. Por ejemplo, para invitar a gente de las poblaciones del entorno, se realizaron partidos de fútbol con algunas de estas, en los años 1998 y 1999. Se hicieron toros de fuego, año 1999. Desde el año 2001 veríamos como todos los fin de fiestas nos acompañaban “las Diablillas”, aquellas chavalas que empezaron siendo unas niñas y hasta hace no muchos años nos acompañaron cantando y bailando para todos en el escenario de la plaza. El año 2003 eran sus dibujos los que decoraban el programa de Fiestas de Verano.
Como complemento, en el terreno más cultural, se realizaron las siguientes exposiciones. En el año 1997 se exponían cuadros de autores locales. En el año 1999 tenía lugar una dedicada a las fotos de boda, tocándole el turno a las fotos de comunión en el año 2002.
Exposición de pintores locales “TU PINTAS EN LA VALERA” (año 1997)
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Mucha gente recuerda también los homenajes a diferentes personas, por su avanzada edad o a diferentes parejas que llevaban “toda una vida juntos”. Fueron actos, casi siempre acompañados por jotas en la plaza, que destacaron desde el punto de vista emotivo.
Sin duda, realizar toda una semana de actividades supuso un salto importante y un extra de esfuerzo para la organización. Pero también es cierto que gracias a ello la Valera adquiría toda una nueva carga cultural que aportaba buenas dosis de valor añadido, y daba una razón especial más para acudir cada año en verano a Castelnou. Los motivos fueron muy variados. Así en el año 2002 se realizaba la primera Semana Cultural, dedicada a Oficios Perdidos. Se nos invitaba a aprender a elaborar cañizos, pan y repostería de manera artesanal. Un horno de leña instalado por el ayuntamiento al final de la Canal, permitió que las mujeres más veteranas de la localidad y Fernando Espinosa, uno de los panaderos que traían el pan, en este caso de Híjar, nos mostrarían como hacer pan, madalenas…
Taller de elaboración de pan en horno de leña (año 2002)
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Al año siguiente le tocaba el turno al aceite de oliva. Aprendimos las propiedades de este producto. Colaboraban con nosotros el Panel de Catadores de Aceite de Oliva de Cataluña y la Denominación de Origen de Aceite del Bajo Aragón.
CHARLA: "El Aceite de Oliva Virgen Extra”
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Por su parte, las mujeres de la localidad organizaron un taller de elaboración de jabones de aceite, también de manera artesanal. En 2003 la Valera llegaba a Internet con la creación de la página www.lavalera.net. Allí podías ver nuestra historia y las últimas noticias. Actualmente podemos seguir estas informaciones en http://lavalera.over-blog.es/.
En el año 2004 en Castelnou se recordaba la década de los 60. Este fue el motivo de nuestra tercera semana cultural. Un montón de películas de aquella época se proyectaban en una semana en la que tampoco faltó la música, guateques, taller de camisetas sixties y un memorable baile de disfraces. Llamamos a este fenómeno “LA INVASIÓN YE-YE”
PORTADA Y CONTRAPORTADA DEL PROGRAMA DE BOLSILLO (semana cultural 2004)
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Otro hito en la historia de esta asociación fue la celebración de nuestro décimo aniversario. Para festejar este acontecimiento se decidió hacer toda una semana dedicada al asociacionismo que se llamaría Festival Mundo Asociativo.
PÓSTER DEL FESTIVAL (año 2005)
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Un festival que con sólo una edición, destacó por su éxito de participación. Allí se dieron cita una decena de asociaciones. Nos presentaban sus actividades y nos enseñaban diferentes muestras de ellas. Una semana repleta de charlas y actividades varias.
Fueron días muy especiales. Nunca olvidaré el día que se dedicó a la asociación de la Ruta del Tambor y el Bombo. El jueves 10 de Agosto de 2005, un buen número de miembros de la Ruta, procedentes de todos los pueblos que están en esta organización, se juntaban en la plaza Mayor de Castelnou y hacían una demostración de “Romper la Hora” en la plaza. Eso sí, en Agosto y todos vestidos con el traje típico de cada pueblo. Desde luego no se trataba de la típica hora, ya que eran las nueve y media de la tarde. Con todo, y siendo conocido, este espectáculo nos sorprendió a todos. Nadie esperaba la presencia de tantos tambores y bombos. Hasta el tiempo pareció ponerse de acuerdo con la organización, pues se nubló y levantó un poco de viento, lo que hizo que la actividad y portar aquellas ropas fueran más llevaderas. Al finalizar esta exhibición se improvisaba una “procesión” hasta el pabellón, donde esperaba un ágape para todos. Castelnou es un pueblo pequeño muy cercano a la Ruta, pero que no está dentro de ella, por esta razón todos hemos admirado siempre esta representación, que se da en los pueblos del entorno y nunca antes imaginamos la posibilidad de tenerla en nuestras propias calles.
Este festival tendría varias consecuencias. En primer lugar, se firmaba un manifiesto a manos de las asociaciones que participaban, con el que se pretendía fomentar la colaboración entre las mismas. También se forjó un proyecto que se llevaría a cabo entre la Valera y las asociaciones, Artistas Plásticos Goya Aragón y Artimagen. Fruto del cual, en septiembre de ese mismo año, se organizaba el Festival de Artes Plásticas Territorioarte.
Cartel y publicación en el Periódico de Aragón (8 de septiembre de 2005)
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Un total de 43 artistas de diferentes partes del mundo, mostraban en Castelnou sus obras desde el día 10, hasta el 25 de septiembre de 2005.
También aquel verano se creaba la asociación de mujeres el Molino. Amparo Claver y Mercedes Ibáñez habían sido dos de las socias más activas dentro de la Valera, formando parte de ésta y su Junta Directiva desde su inicio. Ahora, se embarcaban en el nuevo reto de crear otra asociación que reuniría a todas las mujeres de la localidad y a su poder creativo. Fue todo un éxito y nacía, en buena medida, animada por el entusiasmo generado en torno al mundo de las asociaciones. La asociación de mujeres, o las Amas, también se les suele llamar así, tomó el testigo de muchas actividades hasta entonces organizadas por la Valera. Como principal novedad instauraron la costumbre de hacer carrozas en las fiestas todos los veranos.
Desde aquel año, la Valera dejó de ser quien organizara las fiestas, para ser una de las dos asociaciones que colaboraba en el desarrollo de las mismas. Sería a partir de este momento el ayuntamiento quien encabezaría la organización y administraría la mayor parte del gasto. Esta parecía ser la mejor forma de que se garantizara la permanencia de muchas de estas actividades, independientemente de las posibilidades económicas de una asociación como la nuestra. El principal motivo fue que el ayuntamiento, desde aquel año, contaría con una partida económica segura para desarrollar todas estas actividades. Desde este momento ya no sería necesario pedir dinero a los vecinos como medio de ingresos.
Para algunos de nosotros supuso un relevo en las tareas organizativas, principalmente para los que habíamos estado más implicados durante los últimos años.
II Mercado Medieval (año 2011) |
El color de la campana de nuestro logo es el verde. No es ninguna casualidad, también lo era la primera tinta en la que se mojaba el sello para acuñar en papel reciclado, siempre que se pudiera.
CARTEL DE LAS PRIMERAS JORNADAS DE MEDIO AMBIENTE (añ0 1995)
La primera Plantada
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El Medio Ambiente siempre ha sido una de las preocupaciones de un buen número de nuestros socios. Por ese motivo se han programando unas cuantas Jornadas de Medio Ambiente, las que solíamos llamar “el día de la Plantada”.
Cómo ya relatamos, una de las propuestas que más se repitió en aquella tormenta de ideas que se desató en los orígenes de La Valera, era la de las reforestaciones. Muchos acababan diciendo: “… y plantar pinos”. Y no sólo se plantaron pinos, ya que siempre pensamos que la mejor manera de actuar sobre este terreno, sumamente árido que nos rodea, era vestir la tierra desnuda con especies autóctonas. Romeros, lentiscos, coscojos, sabinas, latoneros y pinos han ejercido su protección natural desde hace siglos. Y para recuperar esa funcionalidad de la manera más natural y equilibrada, han sido muchos los que han plantado en las laderas pegadas al pueblo.
Fotos de las Plantadas años 2000 y 2003
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El primer año se plantó el Barrio Alto. Poco después se nos ocurrió plantar en todas las laderas de los montes que rodean al pueblo. Así, si contábamos con la vegetación del río, conseguiríamos lo que llamamos un Cinturón Verde en torno al casco urbano. Todavía quedan algunos trozos, pero podemos decir que se ha avanzado bastante en este proyecto.
No solo se han hecho plantaciones. Un año se limpió de basuras la rivera del río. En todas las laderas que se han plantado se ha seguido un mismo proceso: primero se suelen limpiar y después se instala riego a goteo, para garantizar así su crecimiento.
Folleto y fotos de ecotubos (mayo de 1998)
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La primavera del año 1998 nos adentramos en el monte para colocar ecotubos. Tubos elaborados con un material de fácil descomposición, que favorecería el crecimiento de pequeños árboles silvestres, aportando protección, captando y conservando la humedad. Se habían sufrido unos años de gran sequía, y convenía ser precavidos.
Las jornadas de Medio Ambiente siempre suelen estar arropadas con charlas y meriendas. Los últimos años destacan por la participación infantil.
Detalle de la Plantada 2011
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3. EVOLUCIÓN
Como hemos visto, a lo largo de todo este tiempo, la Valera ha organizado un montón de actividades. Una de las premisas de esta asociación siempre fue, que la participación de todo el mundo era algo fundamental a la hora de tomar decisiones. Solíamos pensar que la gente implicada y concienciada, dando ideas o colaborando en todo esto, termina por hacerlo más suyo. Se potencia así esa identidad con una o varias iniciativas, lo que sin duda contribuye a la búsqueda de un bien general.
Si ponemos nuestra mirada sobre las Fiestas de Verano, podemos ver que desde el primer momento no ha faltado gente para servir en las barras.Tampoco para organizar los juegos tradicionales, montar las cucañas, preparar comidas…
"CURRANDO EN FIESTAS" |
Son muchas las cosas que en este momento se nos dan hechas. Ahora el ayuntamiento cuenta con operarios que limpian, montan y desmontan los escenarios. En muchos casos hemos ganado en seguridad.
Todavía recuerdo que, durante muchos años, esperábamos que llegara la cocinera, al que siempre traía discos y ponía la música, o aquel socio electricista, que asumiendo un buen riesgo, conectaba a una caja de la red de alumbrado la manguera eléctrica que alimentaba a la verbena. Ahora es tan sencillo como enchufar en el generador o en un cuadro, previamente instalado. También recuerdo que algunos de nosotros éramos los que lanzaban los fuegos artificiales…
Entrar en detalle sobre las colaboraciones personales sería interminable. Ahora mismo el Ayuntamiento dispone de más dinero que cuando empezamos. Se contratan más actuaciones preparadas. Todo esto hace que aquella participación inicial, sin la que era imposible hacer nada, ahora ya no sea necesaria. Somos muchos los que nos preguntamos si la asociación sirve para lo mismo que en sus orígenes. En mi opinión, la Valera ha cambiado sus objetivos. Esto no quiere decir que no sea necesaria, pero ese papel imprescindible, bajo el que le tocó nacer, ya no lo juega en el presente.
Una asociación es una herramienta, o un instrumento, para captar la voluntad de cuantos participan de esta. Su principal finalidad es desarrollar procesos que faciliten que todas estas voluntades se realicen en la medida de lo posible. Además, una asociación puede ser un arma para modificar o cumplimentar lo que se hace desde otras instituciones. En el caso de Castelnou, durante bastante tiempo, fue este aspecto el que marcó la relación de la asociación con el ayuntamiento. Por eso es importante recalcar su carácter independiente. Son muchas las situaciones en que las voluntades de las instituciones clásicas (entiéndase oficiales) no coinciden con las de las asociaciones. Por eso muchas de éstas tienen un tono reivindicativo.
4. UNA PEÑA COMO JUNTA DIRECTIVA
4. UNA PEÑA COMO JUNTA DIRECTIVA
Si de nuevo nos transportamos al principio de esta historia, vemos como una pared verde, afectada por el paso del tiempo, era una de las imágenes recurrentes que acuden a mi mente si pienso en nuestra asociación. Quizás así era como yo veía Castelnou.
La Peña no era sólo un edificio, éramos un grupo de jóvenes, que nos juntábamos en aquella casa vieja para compartir conversación, tomar algún café, cervezas…
La Peña no era sólo un edificio, éramos un grupo de jóvenes, que nos juntábamos en aquella casa vieja para compartir conversación, tomar algún café, cervezas…
Entre aquellas paredes verdes se forjaron la mayor parte de ideas que luego se harían realidad en la Valera. Muy pronto dejamos de ir al local de la asociación. Incluso cuando nos reuníamos allí, antes de la reunión, lo hablábamos todo en la Peña y era allí mismo donde se terminaban, en muchos casos, aquellas reuniones.
La asociación hizo que un grupo de personas, que en su mayoría teníamos una estricta relación de vecinos del mismo pueblo, pasáramos a ser como se suele decir “carne y uña”.
Nuestro sitio de encuentro fue la Peña. Al igual que la asociación cambiaba la realidad del pueblo, nosotros transformábamos aquellas paredes y aquellas estancias adaptándolas a nuestras necesidades. Pasamos de tener una habitación con sillas y una estufa, a tener muchas de las comodidades de una casa, pero sin llegar a parecerlo.
Al grupo de gente de la peña nos unía también otra razón. En el inicio de nuestra actividad, había otro grupo de gente del mismo pueblo que, por sistema, estaba en contra de todo lo que hacíamos o planteábamos. Tampoco entonces contábamos con el beneplácito del ayuntamiento, que nunca se negaba a nuestras peticiones, pero siempre nos ponía problemas para todo. Parte de sus miembros estaban manifiestamente en contra de cuanto hacíamos. Estos hechos nos hicieron estar todavía más unidos. La Valera, como todas las asociaciones, contaba con una Junta Directiva compuesta por cinco personas. Pero en realidad, en aquella Junta, éramos todos miembros de la Peña. Otra de las características de aquella peña es que juntaba a varias generaciones, siempre estaba abierta a que cualquier visitante entrara en ella. Y a todo aquel que permaneciera un tiempo en el pueblo, rápidamente era invitado a formar parte de la misma.
Recuerdo que muchas veces, en las conversaciones que se planteaban, muchos de nosotros decíamos “no confundas la Asociación con la Peña”. Era fácil confundirse, ya que lo único que las separaba eran los recursos propios de una o de otra. También somos muchos los que pensamos que la Valera comenzó a cambiar y a convertirse en que es ahora, cuando se disolvía la peña.
La Valera, como otras asociaciones, ha evolucionado, adaptándose a la realidad del lugar donde se encuentra.
Este era un mensaje de Amparo Claver, cuando se cumplían 15 años de historia de esta Asociación:
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