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SEGADORA Y GAVILLADORA, Archivo Ino Mosso |
ÍNDICE
CAPÍTULO I: LAS CABALLERÍAS
CAPITULO II : LA AGRICULTURA ANTERIOR A LA MECANIZACIÓN
CAPÍTULO III : LA SIEGA ANTES DE LA MECANIZACIÓN
CAPÍTULO IV : NUEVAS MÁQUINAS; LA TRILLADORA, LA COSECHADORA
CAPÍTULO V : CON EL TIEMPO NO HAY QUIÉN PUEDA. El que no teme a una tronada, no tiene miedo a nada
CAPITULO VI : VAL DE CORRALES. COSECHA INCIERTA
CAPÍTULO VII : LA RUTA DE PASTORA Y LEONA VAL PRIMERA
CAPITULO VIII : PROBLEMAS PARA LOS JÓVENES, PROBLEMAS PARA LOS MENOS JÓVENES
CAPITULO IX :DON ARTURO, EL VETERINARIO
CAPÍTULO X: EL PAN PAN, EL VINO VINO Y OTRAS COSAS DEL PASADO
EPÍLOGO
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NOTAS PARA UNA INTRAHISTORIA
Este
trabajo de Miguel Gracia rezuma verdad y repudia utopías. “Hoy se vive mejor
que hace décadas”. Es hombre de criterio y espíritu inquieto, emprendedor,
arriesgado, curioso, perspicaz, tesonero...
Para
entender el agro español; cuáles sus cuitas, sus vicisitudes, parece
aconsejable mirar retrospectivamente. Guiados por George Rudé recalamos en el
Siglo de las Luces trayendo a colación datos de la revolución agrícola.
En el XVIII la tierra representaba la fuente principal de la riqueza y la revolución
-cuya punta de lanza se sitúa en los Países Bajos- se centró en la mejora de
herramientas, utilización más amplia del caballo, cría de vacuno y de lanar de
engorde... En Inglaterra un granjero escribió El cultivo con binaderas
arrastradas con caballos e inventó una sembradora mecánica. En Francia se
creó un Departamento que planificó roturar eriales, usurpar pastizales
colectivos y atrajo la atención sobre el pulgón del trigo. Sin embargo, al
final del ancien régime el barbecho seguía afianzado. En Dinamarca los
lecheros introdujeron mejoras en la cría de cerdos y aves, poniendo el cimiento
a las granjas lecheras. En Suiza acondicionaron brezales y drenaron pantanos. La Rusia de Catalina II
experimentó acerca del maíz. En Austria
y Prusia, quienes aspiraban a cargos públicos debían superar cursos sobre la
mejora del campo. En fin, en muchas partes surgieron Sociedades para la Promoción de la Agricultura. Pero
también es cierto que en algunos lugares y por distintas causas se obstaculizó
el avance. En Noruega, osos, zorros y lobos (lo mismo que en Suecia) amenazaban
el ganado. En Sicilia y el mediodía español el calor constituía amenaza de
hambre. En Polonia continuaban quemando bosques para sembrar sobre las cenizas.
En Lituania construían los carros sin utilizar hierro y las bridas se trenzaban
con corteza de árboles. En Irlanda los precios abusivos del arriendo
perpetuaron condiciones rurales atrasadas. Acerca de la extensión de las fincas
decir que, mientras en muchas partes de occidente se tendía a parcelas cada vez
más pequeñas, enormes propiedades se extendían al este del Elba. (Por poner un
ejemplo, un favorito de Pedro el Grande precisaba más de 100.000 siervos).
También en Inglaterra hubo grandes magnates. España conoció los contrastes. De
un lado pequeñas propiedades (en Galicia, Navarra, Asturias...). De otro,
grandes señoríos y mayorazgos (en Sevilla, Granada, Murcia...). Así los duques
de Osuna, Alba y Medinaceli eran dueños de casi toda Andalucía. Surgió la
división tripartita: terratenientes, agricultores acomodados y jornaleros,
siendo el labrador vasco prototipo independiente. ¿Qué situación vivía el
campesino humilde? Polonia resultaba semifeudal. Era frecuente que si el amo
mataba a un siervo pagase tan sólo una multa, pues la nobleza no consideraba a
éstos merecedores de los derechos que asisten a la Humanidad. Pero
“las situaciones no son reversibles y el modelo superado por los cambios ya no
vuelve”, dice Miguel con nostalgia. Esa que rastreamos en Ortega al hablar de
lo cotidiano; sobre cuánto complace por su matiz de continuidad frente a la
mutabilidad de todo.
¿Qué
sucedió en la España
de posguerra? Siendo proverbial la copla “el peón en el campo de estrella a
estrella mientras pasan los amos la vida buena”, después del 39 comienzan a
sufrirse el hambre, la escasez y las depuraciones. Como indica Tamames, el
efecto más grave para la economía estuvo en los muertos, emigrados y reclusos.
Se habían destruido las ciudades, carecíamos de oro, se dañó el sistema de
transporte, disminuyó la ganadería... Para resolver los problemas del agro el
régimen pensaba más en la colonización y la concentración parcelaria que en la
redistribución de los bienes raíces. Años catastróficos en que la movilidad
está controlada por salvoconductos, el racionamiento regula la alimentación y
la gente ve como salida el estraperlo. Ante la urgente demanda global el campo
se hace protagonista. Ha comenzado la segunda guerra mundial y sufrimos el
bloqueo exterior. Se busca trigo desesperadamente, se lo transporta a lomos de
caballerías disimulado como la astucia da a entender. La corrupción genera
ganancias abusivas y propicia la usura. En el 45 nueva caída. Ha terminado la
contienda mundial y hay dificultad para importar trigo de Argentina. Los
precios se han doblado desde que comenzara nuestra guerra civil. El problema
básico es la falta de pan, que a veces se sustituye por patatas y boniatos, y
el de racionamiento contiene alto porcentaje de cebada y centeno. El azúcar es
negro, el aceite escaso. Vendedores ilegales recorren los pueblos ofreciendo
telas o café a cambio de huevos y tocino. Se ha tornado al trueque y hay
reventa de cupones de racionamiento (en ocasiones ocultando alguna defunción).
El exilio, voluntario o forzado, da a la mujer mayor protagonismo. En suma, la posguerra -como recuerda José
Sánchez en Vida rural- ayudó “a arraigar el espíritu individualista y
fue escape para odios y represalias”.
Poco
a poco la máquina se va entronizando y ahí engarza Miguel su intrahistoria. Presenta
personajes de carne y hueso; su “hermano P.; el tío Jesús; don Miguel, el
médico; Abadía”. Lugares con nombre propio: “el Mas del Aljibe, el Barrio
Bajo”. Cobra inusitada fuerza la llamada a las mulas. “¡Pastoraaa,
Leonaaaa!” voltea en el aire y remite al poeta Virgilio: “Plantada tu cepa,
resta amontonar la tierra alrededor del pie y escardarla. Los olivos por el
contrario no exigen ningún cultivo ni esperan nada de la podadera ni de los
rastrillos. Cuando ya han prendido, la misma tierra les da bastante jugo”. Fue
el mundo que el autor conoció y brinda generoso. Nada resultó fácil, por ello
resulta sugerente la mención del Réquiem. Se trata de una aspiración
sencilla mas estremecedora: “Tener tres pares de mulas y salir con ellas por la
calle mayor”. Refleja al humano encrespado contra el conformismo. Y con Sender
concluyen estas líneas: “La vida es así y Dios que la ha hecho sabe por qué”.
Texto: Encarnación
Ferré
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Edición en papel:
Este libro se terminó de imprimir
el 22 de mayo de 2009, festividad de Santa Quiteria
Pastora y Leona
Las caballerías superadas por los caballos
Miguel Gracia Fandos
Edita: Centro de Estudios del Bajo Martín
Fotografías:
Centro de Estudios del Bajo Martín
Archivo Ino Mosso
Archivo Museo Azafrán. Monrreal del Campo.
Depósito legal: Z-2162/09
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