El testamento de Pedro de Valimaña. Estudio y transcripción

POR ALFREDO J. MARTÍNEZ TIRAO
 
La organización territorial de nuestra comarca no es si no el resultado de su evolución a través de la historia. Una de las épocas que más influyeron en este proceso fue la Edad Media. Fruto de estos acontecimientos encontramos documentos que reflejan las pasiones humanas con las que se forjaría nuestro presente.

En este caso paso a describir el testamento de un personaje importante para el Bajo Martín ya que poseía, como señor feudal, una parte nada despreciable de tierras dentro de ella. Se trata de Pedro de Valimaña, que vivió la primera mitad del siglo XIII . Desconocemos la mayor parte de la vida de este caballero medieval, así pues este artículo tratará en la medida de lo posible de aportar luz desde el rigor histórico.



Extracto del testamento

El documento en cuestión es un pergamino datado en la era de 1276, es decir en el año 1238. Está depositado en el Archivo Histórico Provincial de Huesca dentro del apartado de documentos procedentes del Monasterio de Sigena, también en Huesca.

Se puede consultar en internet accediendo a DARA, el Portal General de documentos y archivos de la DGA. Está escrito en latín medieval con términos de la época y aporta valiosa información sobre el contexto histórico en el que se enmarca. La tipología de letra en la que está manuscrito se sitúa entre la escritura Carolingia, más propia del siglo XII y la Semicursiva que se desarrolló durante el reinado de Jaime I. A pesar de que hay algún pequeño borrón y alguna parte deteriorada, el pergamino se halla en muy buen estado.

El personaje antes nombrado, es decir, Pedro de Valimaña, está preparándose para partir a la guerra de Valencia «illa hoste de Valencia» y para dejar todo atado ante un más que posible fallecimiento, hace testamento.

En aquel momento Jaime I, Rey de Aragón se hallaba metido de lleno en la toma de la capital levantina, campaña planificada en Alcañiz años atrás y que comenzó contra pronóstico con la toma de Morella por Blasco de Alagón, otro de los personajes que se citan en el pergamino. De hecho las primeras apariciones documentales de Pedro de Valimaña se enmarcan dentro de las huestes de Don Blasco, como es citado este ricohombre aragonés, miembro de uno de los linajes más polémicos de la nobleza de la Corona. En el mes de noviembre de 1233, el titular del testamento era el alcaide de Morella una de las plazas fuertes de la reconquista en aquel momento, tanto por su defensa de la extremadura turolense como por ser base para el avance sobre las tierras llanas de Valencia.

Tras intensos combates y divisiones internas encabezadas por Blasco de Alagón, Jaime I consigue tomar Burriana y el Puig colocándose a tiro de las murallas de Valencia. El rey necesitaba a todos sus efectivos y hace un llamamiento general que va surtiendo a cuentagotas el efecto deseado. Incluso el Papa Gregorio IX emite una bula de cruzada, acudiendo a la llamada caballeros de diferentes lugares de la cristiandad. En junio de 1238 Pedro de Valimaña parte hacia Valencia.

Pero no solo desde el contexto histórico debemos extraer información. Por el momento paso a localizar la posesión más preciada, o al menos el lugar de residencia de este mesnadero aragonés, el castillo y villa de Valimaña. Ésta que además de aportar el «topolinaje» a la familia es la herencia que le reserva a su primogénito, también llamado Pedro como es costumbre entre la nobleza. Los restos del castillo de Valimaña, todavía se levantan, muy transformados pero fácilmente reconocibles próximos a la orilla del río Martín, aguas abajo de Castelnou. Todavía podemos contemplar sus sillares, aspilleras, marcas de cantero, su pozo etc etc. A falta de una investigación más pormenorizada y de unas excavaciones arqueológicas remito al respecto a un artículo en el que participo en Ambista, revista de patrimonio aragonés en la red y de acceso gratuito.
También podemos rastrear las posesiones familiares, muchas situadas en la provincia de Huesca, zona de la que quizás procediese el personaje en cuestión. A medida que va avanzando la Reconquista, Pedro de Valimaña va adquiriendo un buen número de tierras gracias a su aportación militar.

Así pues su patrimonio abarcará desde Huesca (posesiones en Poleñino, Esquedas y Novales), Zaragoza (Heredades en Escatrón y castillo y villa de Matamala a partir de 1256), Teruel (castillo y villa de Valimaña), Castellón (Terrenos próximos a Morella y la Sierra de Valimaña actual sierra de Engarcerán) y Valencia. De todas estas posesiones, la actual Venta del Fraile, o lo que es lo mismo, la villa y Castillo de Valimaña es la que aporta, como ya he comentado, el nombre a su linaje. Igual que hicieron otros nobles como los Alagón, los Urrea, los Hijar, los Luna etc. 

En el nobiliario de Aragón de Pedro Garcés de Cariñena, los Valimaña están clasificados como mesnaderos dentro de la nobleza aragonesa. Es decir serían menos poderosos que los ricoshombres (las familias más influyentes del reino) pero con mayor peso que los caballeros, pasando a depender, a diferencia de estos,
directamente del Rey. En este caso y a pesar de ser mesnadero, podemos afirmar que Pedro de Valimaña estaría bajo la protección de Blasco de Alagón y quizás subinfeudado, aunque ésto queda por demostrar. Para llegar a esta conclusión nos basamos en la presencia de Pedro en la campaña de Morella y la forma en que lo nombra valedor o albacea de su testamento con términos de respeto y quizás de sumisión.

Una vez acabada la campaña y reconquistada Valencia, Pedro de Valimaña aparece en el Llibre del Repartiment como propietario de lotes de tierra en la zona por haber participado en la lucha. Sabemos pues que regresó a su hogar junto a su mujer e hijos. El testamento además nos aporta otro tipo de información, en primer lugar sus vínculos con la Orden del Temple, a los que dona sus armas y su caballo si cae en el combate. En segundo lugar una relación que en el futuro se tornará fundamental para entender el devenir histórico del castillo, dona unas piezas de tierra al Monasterio de Rueda, «Et lexo altemple illo cavallo cum illas armas. Ad monachis de rota una pieça Ad illos fratres de Sancti Georgii C solidos». En el siglo XVIII , el padre Roberto Ezpeleta, cronista de Rueda,define esta relación desde una perspectiva de su época. Algunos autores apuntan a que fue enterrado en el Monasterio, pero de momento son solo conjeturas.

Respecto a la evolución de la propiedad del castillo, el documento aporta información para saber cómo llegó a manos de Rueda. En este sentido podemos asegurar que los intentos de su propietario por dejar atada en su descendencia esta plata acabándose así para siempre la relación entre la propiedad y esta familia.

Finalmente será el Monasterio de Rueda el que la posea por un período de 600 años, exactamente hasta la desamortización de Mendizabal en 1836 cuando pasó a manos privadas. Volviendo al documento vemos cómo son sus tres hijos (Pedro, Pedro López y María Pérez), su mujer Jordana y su madre Taresa los principales beneficiados. Para esta última su preocupación va orientada en que no le falte nada de comer y vestir el resto de los días de su vida, «Dopna Tares mea mater donent vitum et vestitum omnibus diebus vite sue». La preocupación por que se cumpla su testamento en caso de muerte lo lleva a recalcar que es Don Blasco de Alagón el valedor, introduciendo una amenaza en caso de que no sea así «Et priegolo que el fagat complir aquest destin como escripto es et sinolo faciat al alma le iagat». También se preocupa, por supuesto, por la salvación de su alma encargando se paguen 1.500 misas y 300 comidas a pobres. Otro de los encargados de hacer valer el testamento es Sancho de Boltaña, que a buen seguro es un hombre de confianza del testador.

Acabada la descripción del documento en cuestión, no queda sino destacar el valor del actual castillo de Valimaña como edificio histórico, protegido como tal por el Decreto de 22 de abril de 1949 para la protección de los castillos españoles. El reciente destejado de la propiedad y sus últimos derrumbes nos urge en la necesidad de rescatar del paso del tiempo los últimos vestigios de lo que fue, es y esperemos siga siendo una joya patrimonial de nuestra comarca y el valor más preciado de Pedro de Valimaña, mesnadero aragonés de los ejércitos de Jaime I el Conquistador.

>> Lee esta transcripción (también puedes ver una copia del pergamino original)
 

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