Poner en valor

Por Pascual Ferrer Mirasol


  

SEMANA SANTA | ADARVE 59
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Este escrito no pretende ser dogma de nada, tan solo es una recopilación de datos y una serie de opiniones particulares y totalmente subjetivas que por supuesto me gustaría que resultaran objetivas. Además quiero destacar que lo que aparece en negrita, son correcciones u objeciones al original hechas por otros.
Fechas que pudieron ser claves para la Semana Santa de Híjar. Son 895 años los que han transcurrido desde que en 1119, Híjar fue conquistado por Alfonso el Batallador pasando a ser un pueblo cristiano. Hubo una segunda conquista a cargo de Galindo Giménez en 1148.


 (La primera conquista no habría que considerarla como tal porque enseguida los Almorávides volvieron a posicionarse en el Martín).

 Se cree que al menos desde que Híjar fue cristiana se toca el tambor, o mejor dicho, la percusión forma parte de la protesta ciudadana por la muerte de Cristo, con todo tipo de cacharros. Nos cuentan las crónicas, que los hijaranos subían al cabezo de la Cruz, El Calvario, y allí hacían ruido tanto para protestar, como ya dijimos, por la muerte de Cristo, como para reproducir los truenos y relámpagos que se produjeron cuando Cristo murió, toques y ruidos anárquicos.

 (En cuanto a esta crónica no se puede corroborar con escritos. Puede que sea una leyenda, habría que encontrar ese documento que según Mariano Laborda existió pero que se llevó alguien que estaba estudiando cosas de Híjar. Algún día puede que aparezca, pero es en el Archivo Ducal donde deberíamos de encontrar algo o buscar al menos referencias).

 En el año 1266, según estudios del tobarreño, José Mª Hurtado Ríos, los hijaranos mandados por su señor, Don Pedro Fernández de Híjar, llegan a tierras albaceteñas y repueblan aquellas tierras, dejando  allí su legado más querido, el toque del tambor. 

    En 1519, se produce la primera modernización, que no es más que la organización de las procesiones y del toque del tambor en la Semana Santa hijarana a cargo de los frailes franciscanos, por encargo de Don Luis Fernández de Híjar. El toque de cacharros deja de ser anárquico y se organizan  procesiones, toques y diferentes celebraciones.

En 1787, Fray Diego de Cádiz, fraile capuchino, enseña cantos a los Rosarieros de Híjar que participan en las procesiones de Semana Santa. Tambores y bombos callan y ellos cantan sus alegrías y tristezas en honor del Cristo. (Por supuesto Fray Diego de Cádiz enseño los mismos cantos en otros lugares que no tienen nada que ver con el toque del tambor).

 En 1834 se da una nueva vuelta de tuerca a la organización, se funda la Venerable Orden Tercera de San Francisco, que ha llegado hasta nuestros días organizando la Semana Santa.
 Curiosamente, en Tobarra y demás tierras albaceteñas, cuando  los hijaranos vuelven a tocar el tambor en aquella tierra hermana, 26 de marzo de 1986, se encuentran con que sus hermanos albaceteños, no fueron organizados como ellos en aquel 1519, sino que siguen con sus toques anárquicos de tambor, tocan solos o juntos, pero no lo mismo, cada uno trata de que su percusión sea la más oída, y su tambor el mejor y más bonito. No están los bombos, que Híjar incorporo a sus celebraciones muchísimos años más tarde.

 (Según la bibliografía de la zona de Hellín, Mula y Tobarra, parece ser que en Moratalla se tocaría después, es en el siglo XIX cuando se produce esta separación del tambor y las procesiones, quizás porque algunos de los organizadores de las mismas no lo verían bien y está claro que el tambor está ligado a una parte profana de la fiesta, igual que en Híjar, aunque aquí nunca se pudiera sacar de la procesión por lo que fuese. En todo caso la relación del tambor entre Murcia y nosotros es cuando menos curiosa y, aunque no se pueda demostrar con datos y con documentos está claro que alguna relación tienen que tener). 


 Tras 1939, se producen nuevos cambios obligados por la contienda entre españoles que ha dejado al país desecho y con él la Semana Santa, que tiene que ser remozada y organizada de nuevo. Aquí hay una persona que hace de todo lo que atañe a Híjar y su Semana Santa su razón de ser, y vivir. Mariano Laborda Gracia, que al frente del Cuadro Artístico Semana Santista Hijarano la recuperara y llevara a lo más alto.

 (La guerra, dejó deshecho el país, eso está claro, dejó deshechas las peanas y ese tipo de material, pero la semana santa como esencia y como tambor ahí estaba).
         
 Aunque es en los últimos cincuenta años, cuando en Híjar se producen diferentes momentos que marcan claramente la evolución de la percusión en este lugar, aparte de los ya citados como más antiguos, y estos mismos momentos hacen que también los pueblos  de su entorno y algunos más lejanos queden marcados por el toque del tambor y el bombo. 

 En 1965, se celebra por iniciativa del Cuadro Artístico Semana Santista Hijarano, el I Concurso de Tambores y Bombos de Híjar, que marcara un antes y un después de los toques del tambor y del bombo en cuadrilla y de su continua innovación. No hay más que ver la lista de cuadrillas que han pasado por este evento en su historia. 
  
 En 1970 por iniciativa de Mariano Laborda Gracia se crea la Ruta del Tambor y el Bombo.
         
 El 1979, la Semana Santa de Híjar es declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, de nuevo por iniciativa del Cuadro Artístico Semana Santista  Hijarano, con todo lo que ello conlleva en todos los ámbitos de la celebración y de los continuos desplazamientos de los tambores y bombos por el mundo refrendando su carácter abierto a todos los pueblos.
           
Pero el más moderno e innovador, será  seguramente la celebración en Híjar en el año 2003 de la I Feria del Tambor y la Percusión, por iniciativa de diferentes hijaranos y de la Junta Coordinadora de la Semana Santa de Híjar. Aquí aparece todo un mundo de cosas nuevas, tanto en toques y sonidos como en instrumentación. Para los amantes de la percusión en sus diferentes facetas es algo realmente maravilloso. Para verlo, oírlo, vivirlo... 
         
 Y aquí estamos, en Híjar, tocando el tambor y el bombo entre cabezos y arcos, con todos los que nos acompañan y nos ayudan a que nuestros diferentes sonidos lleguen hasta el sol, la luna y  las estrellas, pasando por los diferentes lugares que han hecho del tambor y del bombo unos lazos de acercamiento, convivencia y hermandad.
Los hijaranos si de algo se sienten orgullosos es de su Semana Santa, su toque de tambor y bombo, sus procesiones y su ambiente festivo entre lo profano y lo religioso.


No cabe ninguna duda de que son unas fechas y unos acontecimientos muy particulares, que seguramente serán especiales desde La Coruña hasta Almería y desde Gerona a Huelva, cada cual aprecia lo suyo y lo cuida, o debería cuidarlo, para que al menos llegue a sus hijos como se lo dejaron sus padres.
  
Hace 70 años se conocían pocos lugares fuera del Bajo Aragón en los que se tocara el tambor para Semana Santa de la forma que aquí se toca, tampoco los medios de comunicación eran los de hoy, aunque haberlos sí que los había en tierras de Albacete, Murcia, y pocos más.

Hoy el tambor se toca por todos lados y en cualquier pueblo hay una o más cofradías que han formado sus cuadrillas de tambores y bombos. Por no ir más lejos, Zaragoza reúne gran número de tambores y bombos, en sus procesiones de Semana Santa por medio de las cofradías.
Si el tocar el tambor y el bombo ya no es solo de aquí, la diferencia con los demás es la forma en que se hace aquí y lo que es su historia.

Y aquí es donde quería llegar, poner en valor lo que durante siglos ha sido nuestra tradición y nuestra más importante seña de identidad, indudablemente asumiendo los cambios que se van generando casi sin darnos cuenta, pero todavía queda la esencia de lo que quizá sea el lugar desde donde salió esta expresión tan especial de celebrar la Semana Santa. (Las buenas esencias se venden en frascos pequeños).

La Semana Santa de Híjar, necesita mantener su esencia y su ser. Durante siglos, la celebración, con su parte profana de alegría al tocar, comer y beber, bien de casa en casa, de cantina en cantina o de bar en bar, compartió espacio con la religiosa, penitencial, seria y procesional. Algo que hoy cuesta hacer en algunos momentos, sencillamente por dos motivos, porque se ha bajado la guardia en cuidarla y organizarla, (a pesar de que en Híjar algunos se cansen de repetir que todos sabemos lo que tenemos que hacer, pero que nadie dice nada de… ¿y cuando alguien no lo hace?), y porque algunos, no se si no se enteran, o quieren ser los más, o solamente la disfrutan ellos y el respeto a los demás brilla por su ausencia.

En Híjar es obligatorio tocar el tambor o el bombo con túnica negra y bien  puesta, no tocar fuera de las procesiones cuando estas se están celebrando y cuando se va a la procesión comportarse con respeto hacia lo que se está haciendo y hacia los que así lo sienten, y aun añadiría más, hacer lo que nos dicen los que están para organizar, con lo fácil que es obedecer. A nadie se obliga a participar tocando por las calles o a asistir a las procesiones, pero como todo en esta vida tiene unas normas que hay que respetar o dedicarse a otra cosa. 

(Por supuesto no tienen nada que ver algunas de las formas de hoy en el vestir, la camisa blanca, los zapatos y pantalones oscuros, etc., con las de hace tan solo 50 años. Está claro que lo que para unos es mejorar, para otros es cambiar algo que no era importante).
Si somos capaces de diferenciar cada parte de esta celebración, habremos puesto en valor algo nuestro y de lo que congratularse. En Híjar creo que no se entendería, o al menos yo no lo entiendo, los tambores sin las procesiones o las procesiones sin los tambores. Pero tampoco entendería el tambor sin las cuadrillas tocando por el pueblo entre procesiones. La Semana Santa es también un tiempo de encuentro entre amigos, entre familias, hasta en eso nos marca la tradición.
Por otra parte está la historia, algo que si todos conociéramos aunque solamente fuera lo básico, nos daríamos cuenta de lo que tenemos entre manos, de lo que nuestros antepasados nos han transmitido y de la transcendencia de esta tradición tan nuestra.
En 1.519 Luís Fernández de Híjar, encargó a los Franciscanos la organización de la Semana Santa para que esta dejase de ser una reunión anárquica y convertirla en una celebración cristiana. Los Franciscanos suprimieron todos los elementos ruidosos excepto los tambores, que se debía de tocar con túnica negra con capucha que cubriese la cabeza. Esta organización se mantuvo hasta 1.834 en que se formó la Venerable Orden Tercera de S. Francisco y se encargó de la organización. En 1.936 con la Guerra Civil se destruyó la mayor parte de la imaginería de la Semana Santa y se suprimieron las celebraciones. Al finalizar, poco a poco se fue recuperando la tradición y con la ayuda del Cuadro Artístico todo volvió a la normalidad. A partir de 1.965 se empezó a celebrar el concurso de tambores y bombos. 
Desde hace años fui recogiendo datos y más datos de nuestro tocar el tambor y el bombo, ya que procesiones de Semana Santa con imágenes de la pasión de Jesucristo, las hay por todo el mundo. Pero eso de tocar el tambor como se hace aquí, eso ya es otra cosa. 

Si nos vamos a lo más lejano nos encontramos con Tobarra, nuestra hermanica del sur. Desde allí, Jose Maria Hurtado formo su propia teoría después de no pocos estudios y trabajos. 
Esto es lo que nos cuenta la página oficial de la Semana Santa tobarreña
Historia del Tambor en Tobarra (Albacete)

Hasta el momento no existe documentación escrita sobre el origen de la, probablemente, más antigua de nuestras tradiciones. 

El único estudio serio que trata del origen del tamborear en Tobarra es el del investigador José Mª Hurtado Ríos, (ver bibliografía) donde se sostiene la hipótesis aragonesa, más concretamente hijarana: "En Tobarra se toca el tambor por Semana Santa porque nos visitaron (como pobladores o repobladores) aragoneses de Híjar que acompañaron a D. Pedro Fernández de Ixar en tiempos de Jaime I (1266)".Las afirmaciones de Hurtado no han podido ser refutadas por estudiosos que posteriormente trataron de este tema tan apasionante. Ante la falta de estudios acerca del origen del tambor en Tobarra que profundicen en el mismo, Hurtado Ríos enuncia en una hipótesis imposible de demostrar como él mismo afirma pero analizando todas las fuentes que se pueden abordar, se llega a enunciar que ésta se debería a la más que posible influencia aragonesa tras la Reconquista a mediados del S.XIII: “En Tobarra se toca el tambor en Semana Santa, tal y como lo hacemos porque nos repoblaron o se mezclaron con los moros tobarreños gentes tamborileras aragonesas que acompañaron al Primer Señor de Híjar, Don Pedro Fernández, en tiempos de Jaime I, a la conquista de Murcia, inmediatamente antes de enero de 1.266 año en que en la capital del Segura es aplastada la sublevación nazarí.” Tambor que en la versión aragonesa sería introducido por Sancho Ramírez de Aragón en el año 1.091, observador de las tácticas de guerra empleadas por los almorávides en la Batalla de Sagrajas (1.086), el cual llegaría posteriormente a Tobarra en la reconquista. 

El estudio completo de Jose Mª Hurtado es interesantísimo y lleno de sentido común, que como bien él dice, no quiere decir que sea exactamente como él lo cuenta tras años de estudio.
 (Por tanto hay que tratarlo como lo que es, una hipótesis).

Desde 1989 y por la enorme influencia hijarano-aragonesa, algunas cuadrillas tocan bombos. 
Recordemos que en 1985, Tobarra e Híjar se hermanan “por la gracia del tambor” y que se hace un intercambio de visitas. La cuadrilla de Tobarra nos obsequió con su vista el Domingo de Ramos de 1985 y toco en nuestra plaza a finalizar el concurso de Tambores y Bombos y que la cuadrilla de Híjar fue a Tobarra en 1986 y toco por sus calles llamando su atención nuestra forma de tocar en cuadrilla y los bombos. Las acogidas en ambos pueblos hacia sus hermanicos fueron de lo más entrañable.

También si vemos como se toca el tambor en Tobarra, y que estos no tuvieron a los franciscanos para organizarlos, podríamos imaginarnos como era en sus principios en Híjar, su forma de vestir, de tocar, de comportarse, de no estar en las procesiones, etc.  
  
Wirkipedia nos dice lo siguiente. (Ojo, aquí no sabemos nada de los escritos del siglo XII a los que hace mención, por lo que puede ser, o no ser).

HISTORIA DE LOS TOQUES DE TAMBOR EN SEMANA SANTA

Se tiene conocimiento de que en la Edad Media se realizaban diversas procesiones de diversas hermandades religiosas en el Bajo Aragón, principalmente en Alcañiz, Híjar y Calanda.

De estas tres mencionadas, por orden cronológico sería Híjar la primera, la cual data en los escritos del siglo XII aparecidos en el archivo ducal y regida por la orden Pauliana, (Seguidores de Pablo de Somosata), antecesora de la orden Franciscana, se dice que empezó por el 1119 tras su Reconquista de manera desordenada y en señal de protesta haciendo ruido con diversos cacharros en el monte Calvario el Jueves Santo por la noche(lo que luego ha evolucionado al Romper la Hora) esta Semana Santa se ordenó en el año 1519 con la llegada de los Franciscanos a la localidad. La segunda Semana Santa es la de Alcañiz la cual data de tan solo 200 años posteriores a la hijarana, y la tercera con más antigüedad es la de Calanda, famosa por la grandes películas del cineasta Buñuel, y data 5 siglos posteriores a la primera. A partir del siglo XVI, (1834), la organizara la Venerable Orden Tercera de San Francisco,  dejándola con muchas semejanzas a la actual, lo cual se puede apreciar en el lema de la Semana Santa hijarana "Como siempre, como nunca". Una curiosidad de esta tradición en esta zona es, que pese a ser los 3 pueblos con más antigüedad en esto de la Semana Santa, y posiblemente sean de los pioneros en esta tradición en Aragón y España (por el simple hecho de que la Reconquista fue de norte a sur) y pese a estar bastante próximos en Híjar se Rompe la Hora el Jueves Santo por la noche, mientras que en Alcañiz no realizan este acto y en Calanda Rompen la Hora el Viernes Santo por la mañana, sin duda es algo curioso hablando de los pueblos más representativos de la Semana Santa.

El fenómeno se irá extendiendo, principalmente en los primeros años del Siglo XX a las localidades vecinas, que si bien tenían Semana Santa, ésta no era acompañada con instrumentos de percusión.
Aquí hay que ver como se notan las zonas de influencia de cada pueblo por la forma de vestir. Los negros de la zona del Ducado de Híjar, los morados de la zona de Calanda y el azul cielo de Alcañiz.



Recogiendo datos por Internet y orales encontramos más cosas:

--En La Puebla de Híjar, la antigüedad de las procesiones de toque de tambor y bombo en La Puebla de Híjar podría decirse que se remonta a la antigüedad de la tradición del toque del tambor y el bombo en la zona del Bajo Aragón Histórico. Como se explica en el apartado "Semana Santa en el Bajo Aragón" de esta página web, la fecha exacta no está del todo clara, pero todo induce a pensar que tiene su origen en la Edad Media, concretamente en las Órdenes Terciarias Franciscanas que se establecieron en Híjar.

 (En La Puebla es poco probable que toquen desde la Edad Media porque en la Edad Media, La Puebla era un pueblo Morisco. Los moriscos no celebraban la Semana Santa).



--En Urrea de Gaén la historia será de lo más parecido a Híjar y La Puebla de Híjar, ya que era zona de clara influencia del Duque de Híjar y de los franciscanos. A pesar de no saber a ciencia cierta el origen de la Semana Santa en Urrea de Gaén, pues no se tiene documento alguno, sí es cierto que, tal y como nos ha llegado hasta nuestros días la tradición, podríamos asegurar que el origen está en la Orden Franciscana, que promovió la creación de los calvarios para la práctica del Vía Crucis. La construcción del Calvario de Urrea de Gaén se realizó a finales del siglo XIX, y se tiene documentado que, alrededor del año 1885, algunos vecinos del pueblo comenzaron a tocar el tambor en Semana Santa.
--En Calanda, en 1643, siendo Vicario, el calandino mosén José Herrero de Tejada, crea bajo sus auspicios una guardia romana a la que dotó de una pequeña banda de tambores.  Esta formación, cuya principal misión fue velar el Monumento  y desfilar en la procesión del Santo Entierro, contaba con la figura del tamborilero que con su lúgubre y monótono redoble formó la onomatopeya con que el pueblo identificó a esta guardia, de ahí el nombre de pu-tun-tun.

En el siglo XVII y XVIII se instalan las Ordenes mendicantes que anuncian sus llegas al compás del sonido del tambor. El 22 de septiembre de 1682 los carmelitas descalzos comienzan a construir el monasterio del Desierto y en 1750 los franciscanos habitan el monasterio de San Antonio de Padua. De los franciscanos se adoptó el tercerol, prenda que cubre la cabeza del tamborilero y cae rizada por la espalda, de obligatorio uso en las procesiones. (En el tema de Calanda muchas cosas se aclaran leyendo el libro de Mosen Vicente Allanegui).

 El primer bombo en Calanda, (dos versiones interesantes).  En las Jornadas de la Ruta del Tambor y el Bombo que se celebraron en Alcañiz en el año1981, donde la cuadrilla representante de Híjar fue La Esperanza, coincidimos con unos vecinos de Calanda, que nos dijeron que el primer bombo que salió a tocar en Calanda, en 1940, fue el de un hijarano que vivía y trabajaba en la mencionada localidad. Pasaron los tiempos y de vez en cuando me venía a la cabeza aquella conversación y me decía que algún día lo tendría que comprobar.    Años más tarde,          concretamente en 2006, me puse en contacto por teléfono con Conchita y Francisco Navarro Serred, los cuales me dijeron: “Un hijarano, del que no sabían el nombre, pero que trabajaba en una fábrica de cera de Calanda, saco el bombo que él tenía la noche de viernes santo y acompaño a los tambores de Calanda, tanto les gusto esto al resto de la cuadrilla, que uno de ellos fue a buscar el bombo de la banda de música de la localidad para acompañar al mencionado hijarano y desde allí… pues hasta hoy”. Conchita en el libro “Calanda. El sueño de los tambores” y más concretamente en el artículo; “Reconstrucción, consolidación y difusión. Tambores y bombos en Calanda desde 1948” nos dice que el bombo traído de Híjar antes de la guerra al principio era mal visto. 

Como las cosas hay que contrastarlas y recontrastarlas, me volvía poner en contacto con otro calandino, Antonio Royo Albesa, amante como el que más de la Semana Santa de su pueblo, y este me conto lo siguiente: “Antes de la guerra de 1936 no se tocaba el bombo, y una vez que sacaron el de la banda de música con platillos, el alcalde de aquel entonces lo prohibió, porque hacía mucho ruido. Pasados los años y por los años 1940 un calandino fue a Híjar a buscar un bombo en bicicleta, y se trajo uno pintado con los colores de la bandera de España, que guardo en mi casa porque lo compro mi padre a los antiguos propietarios”. 

Luis Buñuel, en su libro de memorias titulado Mi último suspiro, escribe que el origen de los tambores hay que situarlo a finales del siglo XVIII. Mosén Vicente Allanegui, sacerdote calandino, afirma en el manuscrito de la Historia de Calanda que en 1856 se tocaba el tambor. Precisamente, este sacerdote organizó muchos de los ritos y costumbres que se celebran hoy en día, fundó la Cofradía de La Dolorosa, dio a la percusión un significado religioso y compuso el redoble de la marcha palillera, el más bonito y peculiar de Calanda y tocado en todos los pueblos de la Ruta.

--Andorra, los primeros tambores. En Andorra se venía como en tantos lugares celebrando la Semana Santa, y es en 1940, de la mano del nuevo párroco de la localidad, Mosén Vicente Aguilar, procedente de Híjar, cuando se impulsa el fenómeno del Tambor y del Bombo, el cual con el paso de los años se consolidará siendo uno de los principales fenómenos de la Semana Santa de Andorra.  En Andorra las primeras Cofradías relacionadas con la Semana Santa surgen a mediados del siglo XVII; posiblemente ya se realizaban procesiones, puesto que, aunque los datos registrados más antiguos son de 1705, es indudable que dichos actos se celebraban ya unos cuantos años antes.

--Albalate, sus orígenes.  Los orígenes de la Semana Santa de Albalate del Arzobispo están ligados a la existencia de un convento de Padres Capuchinos en la localidad. La V.O.T. (Venerable Orden Tercera de San Francisco) promovió la práctica del Vía Crucis en los calvarios de las poblaciones de la comarca del Bajo Aragón.


La Cofradía de la Sangre de Cristo, fue una de las más antiguas de Albalate, con datos del año 1803, era la encargada de solemnizar las procesiones de Semana Santa, de conducir los cadáveres de sus cofrades y de los pobres menesterosos. Un cofrade devoto portaba una gran cruz en las procesiones. En el año 1875, Fray José Francisco Abad rente y comisario provincial de los Padres franciscanos, construyó el Calvario, con pilares de piedra, portada y la ermita del Sepulcro.


De la costumbre tan arraigada, quizás como ninguna otra de tocar el tambor y el bombo para conmemorar la Pasión y muerte de Cristo, es a finales de los años veinte, cuando unos carpinteros construyeron los tambores más antiguos de los cuales nos han llegado noticias. Un grupo de albalatinos muy reducido, José Gasco Nogués, Manuel Gálvez Meseguer, el ebanista Pellicero y algunos más comenzaron a tocar con unos 15 tambores y dos bombos. Año tras año el grupo se fue incrementando muy poco a poco pues la economía de muchas familias no les permitía comprar tambores. En 1932 eran alrededor de 30 tambores y 6 bombos los que tocaban en Albalate del Arzobispo. La túnica que vestían los tamborileros, era negra con tercerol en la cabeza.

En los años 48, 49 y 50 la procesión se hizo por el interior del pueblo llevando las peanas al hombro. Hubo muchos problemas ya que las peanas eran muy pesadas y algunas como la Coronación de Espinas o El Calvario apenas cabían en algunas de las bajadas. En el año 50, cuando se crearon las cofradías, se acordó ponerles ruedas a las peanas y cambiar el itinerario por calles más anchas para formar el recorrido que aun hoy se realiza.

Conjuntamente se creó una banda de alabarderos en 1954, formada por cometas, tambores y numerosas lanzas, todo esto ayudó a dar por los años sesenta un esplendor destacado a nuestra Semana Santa.

Fernando Gabarrus, albalatino y recogedor de historias, me conto que como impulsor de estos alabarderos hay que citar a Eloy Salvador, “El Panadero”. Eloy Salvador nació en La Puebla de Híjar, vivo en Híjar, donde formo parte de la banda de alabarderos, luego marcho a Albalate y luego a Zaragoza, no perdiendo nunca los vínculos con Híjar, siendo uno de los miembros destacados del desaparecido Cuadro Artístico Semana Santista Hijarano que tanto hizo por poner en valor la Semana Santa de Híjar.
--Zaragoza, primeros tambores. La integración de los tambores penitenciales turolenses en las procesiones de la Semana Santa zaragozana, donde tanto auge han tenido al estar adoptados por casi todas las cofradías, sumando en la actualidad más de 3.000 tambores, se debe a la cofradía de los tambores, Las Siete Palabras y de San Juan Evangelista pues fue la primera que, en su procesión particular de 12 a 3 del mediodía de Viernes Santo (y en la del Santo Entierro al atardecer de esa fecha) en 1.940, sacó e hizo oír los 12 primeros tambores con que convocó al pueblo de Zaragoza a oír la predicación de las últimas frases que Jesús pronunció en la Cruz, dichas y comentadas ahora por sacerdotes que desde los balcones de la ciudad dirigen una oración sagrada breve pero emotiva al público situado alrededor y llega a los oyentes de la radio que difunde esas palabras a las mismas horas en que el Señor las dijo, principal objetivo fundacional de esta cofradía.
Y fue precisamente su fundador, Mosén Francisco Izquierdo Molins, (nacido  en Torrecilla de Alcañiz el 1 de Abril de 1.903, donde pasó su primera infancia. Su padre era el farmacéutico titular de esta localidad del Bajo Aragón), quien puso grandísimo interés en que este instrumento de su tierra, con tanta resonancia espiritual junto con la material percibida por el oído físicamente, se incorporase como elemento fundamental y masivo a las filas de Hermanos, cosa que en Zaragoza, a excepción de algún redoblante aislado en algún cortejo, no existía y menos como grupo. Así la Sección inicial de Tambores (con una docena de ellos el primer año, el siguiente ya fueron 20, llegando a 32 más 2 primeros timbales, en 1.945) al desfilar ruidosamente por las calles céntricas de la ciudad, en horas de tanta afluencia de público y en día festivo, pronto se hizo popular y conocida vulgarmente con el sobrenombre de La Cofradía de los Tambores, como se le fue llamando bastantes años después, a pesar de que casi todas las cofradías creadas con posterioridad fueran incorporando tambores a sus filas de forma similar, ya que esta es la primera que los tocó y tiene hoy en mayor número: casi 500 instrumentos integraron sus dos desfiles procesionales de 1.988, cantidad equivalente a la quinta parte de la totalidad que forman en la procesión general de Viernes Santo calculada en unos 2.600; cifra suficiente para poder hacer realidad el proyecto de 1.974 de tener una Tamborrada final por todos unidos en la plaza del Pilar al terminar la procesión del Santo Entierro. (También hay fuentes que apunta a que Mosén Pedro Dosset tuvo una cierta influencia en que los tambores del Bajo Aragón llegaran a Zaragoza. Así cuenta la Gran Enciclopedia Aragonesa “En su fecunda vida parroquial promovió los rosarios de la aurora, inspiró la fundación de las Esclavas Auxiliares de la Parroquia, fundó dos cofradías de Semana Santa, la de las Siete Palabras y la del Silencio, y creó uno de los primeros centros de juventud de A.C.).
En 2014 se cumplen 75 años de la fundación de Las Siete Palabras y de San Juan Evangelista, coincidiendo con el 49 Concurso de Tambores y Bombos de Híjar, donde son participantes habituales y la cofradía que más veces ha ganado este concurso hasta la fecha.
El concurso de Tambores y Bombos de Híjar, el más antiguo de todos los concursos y exaltaciones del Tambor y Bombo que se realizan. Comenzó su andadura en 1965, por iniciativa de Mariano Laborda y el Cuadro Artístico Semana Santista Hijarano, dicho concurso, ha sido y es el auténtico motor para que los toques de tambores y bombos sean hoy tan bonitos y originales, además de haber conseguido que las personas sean mucho más diestras en el manejo de cualquiera de los dos instrumentos.
No olvidemos tampoco que Mariano Laborda fue el ideólogo y fundador, en 1970,  de lo que hoy es la Ruta del Tambor y del Bombo del Bajo Aragón. “Los sonidos de los pueblos que integran la Ruta del Tambor y el Bombo son la voz de una comarca llena de valores y riquezas que unidas y coordinadas pueden alcanzar resonancias insospechadas lejos de nuestras tierras. Esta es la idea original que dio pie a la fundación de esta asociación, y Mariano Laborda su precursor”.
Hay mucha más historia por contar  y datos por recopilar, pero hasta aquí he llegado. 

Nadie es mejor que nadie, ni más que nadie. Se da el caso de que pueblos muy cercanos entre si no conocen las celebraciones del pueblo de al lado, pues se dedican  a vivir las propias como algo grande y excepcional.  La tradición de la Semana Santa como cualquier otra tradición hay que cuidarla,  después ponerla en valor, ese valor que ahora llaman inmaterial, pero que es el que nos hace sentir nudos en la garganta y sentirnos orgullosos de lo que tenemos, a pesar de que de verdad de verdad, pues no tengamos nada, porque estas cosas como se ha demostrado, con el tiempo pasan a ser de todos, (o de nadie si se dejan perder), lo que debería de llenarnos de orgullo, al pensar de que fueron muy nuestras y ahora son compartidas, porque han gustado y arraigado en otros.

Nuestros niños, aprenden de pequeños a tocar el tambor, y en Cuaresma se transforma este aprendizaje en una asignatura más, aunque sea como las llamadas extra escolares. Porque no les enseñamos también nuestra historia con respecto al toque del tambor en nuestra tierra y su ser de Semana Santa. Sería una buena forma de que fueran conscientes de lo que tocan, del porque lo tocan, del porque hay que cuidarlo y porque cuanto más lo conozcan más lo respetaran y querrán, tanto en su parte profana como en la religiosa.





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